Hace buen tiempo una persona en quien confié, se metió a vivir en una propiedad mía sin mi autorización. En su momento dijo que me iba a pagar, lo cual nunca sucedió, y a la fecha vive ahí sin pagar renta y… ya pasaron 18 años. Este problema me ha generado pérdidas económicas y gastos legales, me he sentido traicionada y herida porque, sin duda, lo que esta persona está haciendo es algo nada ético.

En mi búsqueda con terapeutas y gurús intentando descubrir cómo puedo manejar estas emociones que me provocan las acciones de esta persona, hablé con Chris, un chamán que me dio una teoría que resonó en el fondo de mi corazón y me dio mucha paz:

“A lo mejor tienes una deuda kármica de otra vida con esa persona, en donde tú le hiciste algo que le dolió mucho también, y él se está vengando. ¡Puede ser que le robaste un burro!" Y se rio… "La forma de quemar ese karma es aceptarlo, y no vengarte, porque si no, entras en un círculo vicioso kármico sin fin”.

Esto me abrió un panorama enorme sobre lo que podría ser el origen de muchos problemas. Primero, entender que el “enojo inexplicable” de algunas personas en contra de nosotros podría tener una razón más allá de lo que imaginamos y, segundo, me dio la fuerza para detener el impulso de querer pagarle a esa persona con la misma moneda. Desde ese momento, cuando alguien hace algo que me hiere o me incomoda, me pregunto con genuina curiosidad: ¿qué le habré hecho yo en esta o en otra vida?

Recientemente, tuve que pagar más honorarios legales, porque esta persona sigue ahí. Antes sentía: “es muy injusto lo que me está haciendo”, pero ahora, me río sola al pensar en la posibilidad de que, a lo mejor, lo que le robé en otra vida no fue un burro, ¡sino un elefante!

Pensar cuando “pagas injustamente”, que a lo mejor “te estas poniendo a mano”, te puede ayudar a sentir la vida mucho más ligera.

“Buscar justicia, es la trampa de Satán”, dice David, mi maestro de Kabbalah. ¡Y tiene razón! Uno puede gastar su vida intentando hacer “justicia”, y eso genera mucho sufrimiento, es como tener un doble castigo. Cuando en realidad la justicia divina es la única que pone a cada quien en su lugar, y casi siempre te paga o te cobra en áreas distintas a las que originaron el problema, por eso cuesta tanto trabajo reconocer las causas y los efectos de nuestros actos.

A lo mejor te hicieron un fraude o te robaron dinero, te pintaron el cuerno o alguien fue violento contigo. Es entendible que eso te dé mucho coraje y frustración, pero ten la certeza de que si haces lo correcto, la vida te recompensará con otras cosas: amor, alegría, creatividad, dinero, inspiración, salud…

Pero debemos tener cuidado de “no contribuir a que una persona nos haga daño”, por ejemplo: si dejas tu bolsa en el coche con la ventana abierta, es muy probable que te la roben, y en ese acto, tú también estarás generando negatividad en contra tuya.

Así que la próxima vez que alguien “te haga algo”, ponle un límite, y luego piensa: palomita, una deuda menos, probablemente de una vida pasada. Con eso quedará quemado ese karma y te dará mucha paz.

Espero que este “INGRIDiente secreto”, le dé más luz y tranquilidad a tu vida.

Escríbeme en mis redes sociales y dime de qué tema te gustaría que platicáramos aquí.

Gracias por acompañarme una vez más.

IG: @Ingridcoronadomx

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