¿Te acuerdas cuando eras niñ@ y ya querías ser grande para hacer todo lo que quisieras sin tener que pedirle permiso a nadie? ¿Cómo vas con eso?

Yo, por ejemplo, quería ser como Madonna. Cantaba y bailaba todo el tiempo, por eso estudié la licenciatura en composición musical, luego recibí la invitación para entrar a Garibaldi, un grupo musical muy famoso, pero que mucha gente criticaba diciendo: “no cantan”. Eso provocó que cuando salí del grupo dejara de cantar. ¡Clausuré mi sueño!

Tiempo después intenté cantar en karaokes, pero el estigma de “no canta bien” me paralizaba y no lograba encontrar el valor para pararme frente al micrófono. Más adelante me di cuenta de que con los problemas de la vida necesitaba encontrar una vía saludable para expresar mis emociones y el canto siempre fue para mí una de las mejores formas de expresión. Así que comencé a tomar clases y ahí descubrí que: “si Dios es creador, ser creativo es la mejor práctica espiritual”.

Recuperar ese hobby que tanto amaba me salvó. Hay un mundo de posibilidades en los hobbies. Hacer algo que disfrutas tanto te conecta con el elixir de la vida. Si tú necesitas de ese elixir y no sabes qué hacer o qué hobby elegir, piensa en aquello en donde eres más tú que nunca. Donde no necesitas ningún tipo de remuneración económica, aprobación o el aplauso de nadie, y comprométete con eso.

Aprende un nuevo idioma, o cualquier tipo de arte, o practica algún deporte; lo único que importa es hacer lo que te haga feliz. El simple proceso de aprendizaje puede transformar tu vida de forma sorprendente. Y no se trata de ser extraordinario en eso que elegiste, no tienes que ser un genio, se trata de hacer algo que amas y que lo hagas solo por el gusto de hacerlo.

Cuando escribo, compongo canciones, o canto, pienso en la extraordinaria película de Disney “Soul”. Ahí exponen, de una manera grandiosa, cómo cuando estás haciendo algo que realmente amas, estás en un plano muy superior, estás vibrando a niveles muy altos, estás conectado con tu motor.

Si te sientes deprimido y sin ilusiones, busca ese hobby. Si no sabes por dónde empezar, comienza haciendo algo que te gustaba hacer cuando eras niño; eso te dará un profundo sentido de gozo y control.

Vivimos atrapados en responsabilidades, obligaciones y problemas. Hoy puedo decirte que los hobbies fueron mis salvavidas más grandes en tiempos difíciles. Fue de lo que más me ayudó en mi recuperación personal. A veces buscamos grandes soluciones sin darnos cuenta de que, esos pequeños avances que damos cuando aprendemos algo nuevo, son como una dosis de confianza y autoestima, lo que se puede convertir en nuestra más grande fuente de inspiración.

Así que es momento de decirle adiós a los “no puedo”, “no tengo tiempo”, “no soy muy bueno”, “no tengo dinero”, “ya es tarde”... Sacude tus caderas para liberar tu río de creatividad.

Hacer por lo menos una cosa que ames al día, es mi “INGRIDiente secreto” para superar adversidades y tener una vida más rica y plena. Recupera eso que, de niño, tanto soñabas con hacer cuando fueras grande y pregúntate… ¿Cómo vas con eso?

Escríbeme en mis redes sociales y dime de qué tema te gustaría que platicáramos aquí.

Gracias por acompañarme una vez más.

IG: @Ingridcoronadomx X: @ingridcoronado

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