Este fin de semana vivimos un fenómeno bastante peculiar; la tan golpeada y criticada Liga MX, programó de forma estratégica el Clásico del Norte: Monterrey vs Tigres, así como el Clásico Nacional Chivas vs Aguilas. Sin duda alguna fue un sábado que significó muchas cosas en lo deportivo y en lo económico. Tener dos partidos de esta magnitud significa una derrama económica importante en varios aspectos; hablamos de la televisión, turismo, alimentos, transporte, consumo en el estadio e incluso en el tema de las apuestas también se reflejan estos números, los cuales podrían llegar a registrarse en “ganancias” unos mil 200 millones de pesos.
Tuvimos la oportunidad de ver los dos estadios llenos, el consumo del esquilmo se ve en aumento, el desplazamiento del refresco o la cerveza es mayor a un partido normal. Nuevos anunciantes levantan la mano, ya sea presencial, en la televisión o redes sociales. Esto obviamente lo hace más caro, pero al mismo tiempo significa dinero fresco para quien pagó los derechos de transmisión, en este caso Televisa y Tv Azteca.
Mención especial a todos los beneficios que se generan gracias a un partido de dicha magnitud, ya que hay gente que se sube a un avión para llegar a dichas ciudades y disfrutar el partido, de igual forma hospedaje, alimentación y souvenirs, es un consumo importante independientemente de que el Clásico del Norte no deja de ser regional, pero el juego entre el Rebaño y las Águilas toma tintes incluso de internacionalización, considerando el consumo en la Unión Americana.
La parte de las apuestas es muy importante. Aunque la competencia es brutal y cabe mencionar que, platicando con ejecutivos de una marca importante, nos dicen que es muy bajo el número de nuevos fans en estos partidos, pero el nivel de apuesta de los que ya son consumidores constantes, se ve aumentado.