Este fin de semana, tuve una nueva experiencia y —de esas— se aprende una enormidad.
Se presentó, en el Auditorio Nacional, un personaje llamado Fede Vigevani. Para muchos, su nombre pasa desapercibido, pero —para los jóvenes consumidores— es un rockstar.
En un escenario como el Auditorio Nacional, en donde se han presentado estrellas de nivel mundial, este joven de casi 30 años de edad ya vendió 30 mil boletos para los niños y jovencitos mexicanos.
El show es muy sencillo: Juegos, algunas canciones, payasos “diabólicos”, regalos para el público, mucha interacción con los asistentes y —sobre todo— mucha buena vibra con los niños, esos nuevos consumidores, quienes —por cierto— no tienen dinero, así es que dependen de sus padres para consumir, y es ahí el secreto: Cualquier padre quiere ver feliz a su hijo, y eso conlleva el consumo de algunos productos.
El personaje mencionado, de origen sudamericano, en Instagram tiene 8.2 millones de seguidores y en YouTube cuenta con 40.4 millones de usuarios, motivo suficiente para ser —sin duda alguna— un verdadero influencer.
Si esto lo llevamos al deporte, y si queremos ser más constructivos, podemos compararlo con el futbol.
Si comparamos el canal de YouTube del personaje mencionado con el de algunos equipos importantes, podemos ver la diferencia:
El América tiene 1.3 millones de usuarios, las Chivas cuentan con 576 mil, el Real Madrid posee 12.1 millones y los Lakers de Los Ángeles presumen 631 mil. Es increíble la distancia en cuanto a seguidores.
Esta experiencia me hizo abrir los ojos, en cuanto a cómo buscar nuevos fans.
Es un reto generar el contenido que ellos esperan. En general, un contenido sencillo, muy visual, y —sobre todo— entretenido, con un look moderno, con nuevos formatos, muy concreto, pero con la llave mágica: Muy interactivo.
La gente quiere estar cerca de sus ídolos y de cualquier experiencia.
Tenemos la gran oportunidad de abrir esas puertas al futuro, buscar nuevas formas, dejar de ser herméticos, tocar, vivir, probar, ser testigos de la historia, y los nuevos “aficionados” están ahí, esperando ser escuchados, esperando ser importantes.