La Federación Mexicana de Futbol se volvió una “bomba de tiempo”. Después de la renuncia del llamado comisionado presidente (Juan Carlos Rodríguez), existe una tensa pausa, en donde no se tiene claro qué rumbo tomar. Creo importante establecer los principios del futbol mexicano y, sin duda alguna, su historia no le ayuda en lo mas mínimo. Las bases que se establecieron hace algunas décadas, no permiten que hoy —de golpe y porrazo— se cambien formatos y estructuras.
Cabe recordar que nuestro futbol fue un monopolio, seguido de empresarios, Gobiernos entusiastas y algunas instituciones que sostenían cierta parte de la economía del país.
Televisa era quien partía el queso en un 90%, con América, Necaxa y Atlante, seguido de Cruz Azul, Pumas, Tigres, la Universidad de Guadalajara, las Chivas, y después el resto, que luchaba por sostenerse.
En lo personal, no veo que nuestro país y nuestro futbol tengan la capacidad de cumplir las expectativas que actualmente se tienen: Estadios de 50-80 mil personas, cinco categorías inferiores, otras femeniles y demás condiciones, que cuestan millones de dólares.
Considero que estamos lejos de poder cambiar. Creo que las modificaciones que se sugieren son positivas, pero nuestra historia y estructura no lo permiten.
Propondría ir cambiando poco a poco, volver a las bases y actualizarlas. Aquí, algunas ideas que un servidor ha externado.
1.— Abrir los derechos de transmisión a las diferentes plataformas y canales que existen en México, para que así todos se puedan ver beneficiados con más ingresos. Esto es un acto de difusión del contenido, sin importar los colores de la televisora.
2.—Buscar un patrocinador global de la Liga, el cual se refleje en las acciones diarias de los equipos. Hay cuatro candidatos puntuales: Un banco, un casino, una cervecera y una refresquera. Este sería un acto para democratizar la comercialización de la Liga.
3.— Regresar la Copa México, en donde participen equipos de la Liga de Expansión, Liga Premier y Liga TDP. Obviamente, jugándola con muchos jóvenes mexicanos y sin extranjeros.
4.— Reducir a cinco extranjeros y que jugaran los que cumplan ciertas características.
5.— Invertir en estructura de servicio y dejar de pedirle a los equipos que gasten en otros rubros que lastiman su economía.
6.— Ascenso y descenso, uno directo y uno a través de promoción.
Con estos puntos básicos podríamos empezar y ver al futuro, unidos, en busca de una modernización paulatina. No hay otro camino.
@husseinforzan