He venido mencionando la importancia de la creación de marca, pero —sobre todo— de la experiencia del aficionado, que está ligada a los sentimientos de cualquier fan, intransferibles de todos los que aman sus colores, aquellos que —en algunos casos— fueron heredados.
Cada día que pasa, el deporte está más ligado al entretenimiento, a la música, moda, arte; es un fenómeno increíble que nos permite tener mayor acercamiento con los fans. Eso lo vemos con películas como “Air”, con las colecciones de ropa y tenis que sacan Adidas, Nike, Converse, etc., marcas que sólo atendieron al deporte, pero que hoy tienen un nicho en la vida y estilo de los consumidores.
El deporte se ha vuelto comunicación, estatus, experiencia. La actualidad le permite a cualquier fan trasladarse a donde sea para vivir esa experiencia. No hay límites. Puede ser en vivo, on line, en la TV, en la web. Vivimos momentos de cambio, en los que los más preparados sacarán mejores rendimiento, sobre todo eso dos aspectos: económico y valores intangibles.
Empresas digitales como Instagram, Google, Twitter y YouTube, han marcado la línea a seguir, la cual ha estado ligada al algoritmo de estas plataformas para potencializar mensajes como el del futbol femenil y Leagues Cup.
Todo esto permite tener los siguientes valores: Ingresos, nuevos negocios, turismo, e-commerce, posicionamiento de marca, construcción de personajes, labores sociales, etc. El deporte no sólo es la cancha, es sociedad, seguridad, salud, muchos valores que —con ese dinero— se pueden construir y millones de fans beneficiarse.
En el sports marketing no importa el nombre, importa qué se puede hacer con ese nombre. Muchos critican a los deportistas que eligen jugar en la MLS, pero no lo han hecho así con Lionel Messi, quien —con su trayectoria— decidió ir a Estados Unidos, el país que hoy es el epicentro del futbol. El astro argentino y su equipo se dieron cuenta de que es posible competir, ganar dinero y seguir vigente, aportar a una Liga que en su momento tuvo pilares para iniciar este camino, con Pelé, Franz Beckenbauer, Johan Cruyff, Hugo Sánchez, Jorge Campos y otras estrellas que contribuyeron a esta gran historia.
Es una realidad que lo deportivo no nos compete a los que estamos en la gestión administrativa del deporte. Son dos mundos independientes, pero que se ven beneficiados con una buena labor en conjunto. Es una sinergia sana, que nos permite contribuir a la industria de manera positiva.