Se anunció la participación de algunas selecciones y el inminente regreso de los clubes mexicanos a torneos de Conmebol: Copa América y Libertadores. Eso, sin duda, ayudará a construir mucho más el poder de la marca “Selección Mexicana” y el de la Liga MX, ya que los patrocinadores que se sumen tendrán mucha más exposición.
Espero que los sentimientos negativos para el futbol mexicano se vayan extinguiendo, aunque no faltará aquel que argumente que son muchos torneos, que sólo se pondera el negocio.
La del deporte y el dinero debe ser una relación de largo plazo, en donde ambas partes salgan beneficiadas. La económica es fundamental, ya que con dinero se pueden tener mejores instalaciones, visorías, planes de trabajo y condiciones de viaje.
Por la parte deportiva, las marcas esperan mejores resultados, porque nada se promete, nada se condiciona. Los títulos son la cereza del pastel.
Recordemos que el deporte es el vehículo perfecto para generar relaciones de largo plazo, ya que los valores que se tienen son intransferibles. Hablamos de amor, lealtad, fidelidad, pasión y entrega; incluso, es algo que se hereda de generación en generación y que permite construir relaciones eternas.
El deporte y el dinero, una relación de paz, una relación que siempre debe cultivarse para que los resultados dentro y fuera de donde se practique el deporte, sean exitosos.
Y si hablamos específicamente de la Selección Mexicana, también se debe buscar a personajes que representen la marca. Muchos han criticado a Miguel Herrera, quien supuestamente se la pasa haciendo temas comerciales, pero lo cierto es que si un personaje como él cumple los dos puntos: Deporte y comercialización, es una figura ideal para representar cualquier marca deportiva y no deportiva, se vuelve un comunicador de esta, y eso es de gran beneficio, porque hoy no sólo se vive de los resultados, sino de muchas disciplinas que generan beneficios tangibles e intangibles.
