En las últimas dos semanas parece que ha revivido el mundo de las telecomunicaciones en México. En los años recientes el sector ha estado frío, hueco y hasta de flojera. Las discusiones de siempre, los reclamos de siempre, las declaraciones de siempre y las notas de siempre. Sin embargo, han comenzado a surgir temas en la agenda que se prestan al análisis y al debate.

El martes pasado se celebró en la Ciudad de México la primera edición del Digital Transformation Summit de Qualcomm. Allí se vieron interesantes ejemplos de transformación digital basados en infraestructura de telecomunicaciones y habilidades digitales. La constante de todo ello era el potencial que ofrecen las tecnologías móviles basadas en 5G.

En el foro de Qualcomm se presentaron casos de uso en el mundo del retail, la industria y la movilidad. Todo muy interesante, aunque no pude quedarme todo el día. Sin embargo, en las seis horas que estuve presente se omitió un tema que parecía infaltable: el costo del espectro.

Tal vez se excluyó el tema porque hace una semana se habló de lo mismo en el Congreso Latinoamericano de Transformación Digital (CLTD) y el Mobile 360 de la GSMA. Ambos foros se celebraron de manera simultánea en la Ciudad de México con el fantasma del costo del espectro rondando los salones. Algo que parece ya un disco rayado. Desde hace cuatro o cinco años este reportero ha escrito sobre lo mismo. El diagnóstico está hecho, pero seguimos atorados con lo mismo y con riesgos de contagio en varios países de América Latina.

La única diferencia es que el reclamo sobre el elevado costo del espectro radioeléctrico está creciendo. Autoridades, reguladores, operadores y organismos internacionales coinciden en que se paga mucho por usar las frecuencias. Por eso quieren que el gobierno reduzca el cobro de los impuestos para usar el espectro, lo que veo muy complicado.

Y no es que se trate de una mala idea, simplemente lo veo como una cartita a Santa Claus. A nadie le gusta pagar impuestos y a ningún gobierno le gusta dejar de cobrarlos. Si los gobiernos siguen viendo incrementos en la facturación y la utilidad de las empresas móviles, no bajarán los impuestos. Si ven que todavía es un buen negocio, no dejarán de pedir la contribución. Para lograrlo, los gobiernos tendrían que verle una rentabilidad política y social a la merma recaudatoria. Ni siquiera la advertencia de un eventual cierre de empresas móviles lo logrará.

Ofrecer una amplia cobertura social eficiente y de calidad como contraprestación por el uso del espectro podría ser una opción. Llevar infraestructura, contenidos y equipos a la población desconectada es más atractivo que las promesas de inversión. Optar, como lo han hecho en Brasil, por quitar multas a cambio de fuertes inversiones en sitios públicos podría ser otra alternativa.

No solo urge conectar a las empresas o los centros comerciales, se necesita conectar escuelas y hospitales. Por más nearshoring que se vea, por más industrias conectadas, si no se involucra a la población, si no se busca reducir la brecha de usabilidad, ningún gobierno querrá cobrar menos impuestos.

Es que ese fue otro tema revelador, la brecha de usabilidad. Anteriormente nos preocupamos porque hubiese cobertura suficiente en el país. Hoy lo que más interesa es tener conectividad de calidad y eficiente. De qué nos sirve tener móviles que solo usan redes sociales (regaladas) si no tenemos las aplicaciones, los dispositivos y los contenidos que sean de utilidad para la población.

El comisionado de la Anatel de Brasil, Alexandre Reis Siqueira Freire, dio datos reveladores. Según el regulador, más del 90 por ciento de su territorio tiene cobertura, pero tres de cada 10 brasileños tanto en zonas rurales como urbanas no saben cómo usar Internet. Lo impactante es que dos de cada 10 residentes urbanos de Brasil no están interesados en usar internet porque no le ven utilidad en su vida diaria. También en Colombia los dos sectores más bajos de la población no le ven utilidad al uso de internet. Eso lo dijo Mauricio Lizcano, ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia. ¿Habrá algún dato parecido en México?

Sorprendentemente todavía hay gente que no le encuentra utilidad a internet. No le ven la gracia, el chiste, el beneficio. Todavía lo ven como un servicio prescindible. Si la población estuviera urgida en buscar una señal, como quien busca el agua, tal vez la misma presión social generaría un punto de inflexión para bajar el costo del espectro. Sería maravilloso, pero como se busca más el negocio y no tanto dar el servicio, sigue siendo un sueño guajiro.

TRANSFORMACIÓN DE MARCA

Con la novedad de que Claudia Contreras acaba de ser designada directora de Mercadotecnia y Omnicanalidad para México y Centroamérica de Comex. Tiene como misión encabezar una transformación y modernización profunda de la marca de pinturas y recubrimientos.

Claudia tiene más de 30 años de experiencia en el sector y ha demostrado su habilidad para impulsar cambios significativos en empresas como Televisa, Aeroméxico y Samsung.

Columnista y comentarista

Twitter: @hugonzalez0

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