La semana pasada, la industria tecnológica se despertó con una noticia que sacudió los cimientos de Silicon Valley: Qualcomm está explorando una posible adquisición de Intel. La oferta, que ronda los 90 mil millones de dólares, podría parecer jugosa, pero la realidad es mucho más compleja. No se trata solo de dinero, sino de política empresarial, arquitectura tecnológica y de regulaciones antimonopolio.

Qualcomm siempre ha sido ese jugador que dominaba cómodamente el mercado de chips para teléfonos móviles. Pero en los últimos años, la compañía decidió ir a las PCs y los servidores. Por su parte, Intel ha visto su reinado desmoronarse poco a poco.

El músculo financiero de Qualcomm es innegable, sin embargo, la operación se ve más cuesta arriba. La empresa necesita ganarse el favor de los accionistas de ambas compañías pues, aunque Intel sigue siendo un gigante, su liderazgo en la arquitectura x86 está desvaneciéndose.

La famosa arquitectura x86 de Intel dominó el mundo de los servidores y computadoras personales durante más de cuatro décadas. Fue la columna vertebral de la informática moderna, pero todo tiene su fin. La llegada de arquitecturas más eficientes energéticamente, como Arm, y la irrupción de Nvidia en el mundo de los semiconductores han dejado a Intel en una posición incómoda.

La arquitectura x86 es un tipo de diseño que solía ser el estándar en la fabricación de microprocesadores. Hoy en día el panorama tecnológico exige algo más. Las aplicaciones en la nube, las demandas de inteligencia artificial y la necesidad de procesar grandes cantidades de datos han dejado claro que x86 ya no rifa.

En este nuevo mundo, Qualcomm quiere diversificar su oferta y no solo está en los teléfonos, ahora está dando pasos importantes en el mercado de servidores y computadoras personales con su procesador Snapdragon X, diseñado para cargas de trabajo basadas en la nube e inteligencia artificial.

Este panorama deja claro que, aunque Qualcomm tenga el dinero para comprar Intel, la adquisición no va a ser fácil. La competencia está más feroz que nunca y los obstáculos regulatorios se avizoran en el horizonte.

Aunque Qualcomm e Intel no compiten directamente en todos los mercados, las autoridades reguladoras de todo el mundo podrían considerar que esta adquisición reduciría la competencia en el sector de los semiconductores, algo que preocupa tanto a gobiernos como a empresas.

Por eso, las acciones de Qualcomm cayeron 1.75% tras los primeros rumores de la posible adquisición, perdiendo 3 mil 232 millones de dólares en un solo día. Según BofA Securities, Qualcomm podría beneficiarse de la adquisición, ya que le permitiría diversificarse en mercados adyacentes a los de semiconductores. Sin embargo, también advierten que sería un reto financiero y operativo. Intel tiene una deuda de más de 50 mil millones de dólares, lo que haría que la adquisición fuera bastante complicada. ¿Está Qualcomm realmente dispuesto a asumir ese riesgo?

Microsoft no centavea

Si México estuviera en llamas, si México estuviera en un momento turbulento, nadie se atrevería a invertir en el país. Quién podría arriesgar mil 300 millones de dólares si no estuviera convencido de que puede ser buen negocio invertirlo en México. Esa es la apuesta de Microsoft, empresa a la cual no le gusta contar chiles y apuesta por el desarrollo de la Inteligencia Artificial en el país.

El anuncio hecho por Satdya Nadella, CEO de Microsoft, no es algo intrascendente pues no solamente apuesta por la IA, sino que además incluye una nueva región de inteligencia artificial de Azure en México. El compromiso de Microsoft con México va más allá de una simple inversión. La creación de una región de inteligencia artificial significa que los desarrolladores locales tendrán acceso a las mismas herramientas que los gigantes tecnológicos en Silicon Valley. Esto podría ser un punto de inflexión para el desarrollo tecnológico en el país, permitiendo que empresas mexicanas compitan en igualdad de condiciones en el escenario global.

IA en la productividad

Además, empresas como Dell Technologies también están apostando por la IA en México. Juan Francisco Aguilar, líder de Dell en el país, reunió a expertos en tecnologías de la información para discutir cómo la inteligencia artificial puede mejorar la productividad en las organizaciones mexicanas. El impacto de la IA en la productividad es innegable, y empresas de todo el mundo están adoptando estas tecnologías para mantenerse competitivas.

La resiliencia de los datos

Hace unos días platiqué brevemente con Carlos Ortíz, Country Manager de Veeam en México en el marco de su foro anual con clientes y socios de negocio. Ahí le pregunté si el mercado mexicano ya ha comprendido el concepto de la resiliencia de datos.

Dijo que la resiliencia de datos ya no es un tema exclusivo de los departamentos de informática, ha llegado al nivel estratégico de las organizaciones. Y no es para menos pues los ataques de ransomware han aumentado en número y sofisticación, por ello las empresas mexicanas están tomando medidas serias para proteger sus datos. Veeam ha trabajado en cinco pilares clave: respaldo, seguridad, recuperación, libertad e inteligencia de datos, todos orientados a garantizar que las empresas puedan recuperarse rápidamente de cualquier incidente.

La realidad aumentada de Meta

Por último, Meta también está jugando sus cartas en el mundo de la realidad aumentada. Durante su conferencia anual, la compañía presentó Orion, un prototipo de gafas de realidad aumentada que promete revolucionar la forma en que interactuamos con el mundo digital. Estas gafas, que combinan la apariencia de gafas normales con la capacidad inmersiva de la realidad aumentada, podrían cambiar por completo la manera en que interactuamos con la tecnología.

Columnista y comentarista

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