La semana pasada me quedé con el pendiente de contarte de cierto problema de comunicación alrededor de la compra de servicios de tecnología en una institución de gobierno. Resulta que un proveedor de servicio heredado del sexenio pasado quiere cobrarle al Infonavit una millonada por haberle cancelado un contrato.
Este proveedor se siente desplazado y maltratado. Acusa a los nuevos responsables de los servicios de Tecnologías de la Información (TI) del Infonavit, de favorecer a su propio clan. Mis Amigos Chismosos (MACH) me explican que en ese pleito no hay a quien irle, pues desde ambos frentes hay muchas malas mañas.
Lo malo es que, en el caso del Infonavit, la Coordinación de la Estrategia Digital Nacional (CEDN), a cargo de Emiliano Calderón, solamente puede dar recomendaciones a los responsables de la compra de TI, porque ese instituto tiene su propia regulación en materia de compras y adquisiciones. Se aprovechan de que ahí la CEDN y el esquema federal de compras no tienen injerencia.
El ejemplo del Infonavit sirve para explicar por qué muchas dependencias de gobierno han vivido una complicada actualización, renovación y reestructura de sus sistemas. Los proveedores malosos ponen todo tipo de trabas y condiciones para soltar los servicios y colaborar en la correcta migración. Son muchos los casos en los que, por necesidad o miedo, y no por gusto, se han tenido que otorgar prórrogas a los contratos de servicios de TI, principalmente en los centros de datos de varias dependencias federales. Son parte de la herencia que se tiene de otros sexenios y que sigue desafiando a varios funcionarios responsables de dar continuidad a los servicios públicos.
Por eso son dignas de mención y reconocimiento las exitosas migraciones de los centros de datos para algunos servicios en la Secretaría de Gobernación, pero, sobre todo, en el ISSSTE, donde el personal técnico y administrativo no se dejó intimidar por esos indecentes proveedores de TI.
Pero, ¿cuál es factor de éxito de estas migraciones? El profesionalismo, compromiso, seguimiento, control, y rechazo absoluto a la corrupción por parte de los responsables de dichas dependencias. El caso del ISSSTE es una de las migraciones más complejas que ha vivido la industria y se logró en unos cuantos meses. Ahí, además de que los funcionarios se fueron por la derecha, también jugó mucho a favor el hecho de que los nuevos proveedores de tecnología de la 4T basan su competencia en un eficiente trabajo de arquitectura de los sistemas, cobrando sin intermediarios extranjeros y con sanos márgenes de utilidad.
Todo esto viene a cuenta porque en las próximas semanas comenzará una nueva ronda de convocatorias para la renovación de contratos de centros de datos en varias dependencias federales. Ya no serán prórrogas ni contratos heredados del pasado, sino contratos netamente de la 4T y en ellos la CEDN pondrá mucha atención para sumar nuevos casos de éxito. El secreto está en seguirse negando al moche y a los contratos leoninos y, en especial, a mantener la valentía y el orgullo de saber que se está jugando derecho. ¡Sin miedo al éxito, papi!
Como sabes, el valor de la producción de las empresas constructoras apenas creció 1.2% en abril de 2021 con respecto al mismo mes del año pasado, según datos del Inegi. Todo esto no sólo ha sido efecto de la pandemia, sino también de la aversión que se le tiene a esta actividad en ciertas localidades del país, como en la CDMX, donde un proyecto emblemático corre el riesgo de ser demolido. Se trata de la construcción de una torre en Periférico 3042, en la Alcaldía Álvaro Obregón, a un costado de la zona llamada Presa Anzaldo, donde no quieren que se termine esta obra que lleva año y medio detenida. Dicen que el costo de su demolición sería de más de mil millones de pesos y la pérdida de mil 700 empleos directos y 3 mil 500 indirectos.
Del otro lado de la moneda se encuentra el complejo Residencial Ceiba, de Cronos Capital, propiedad del empresario Gustavo Tomé, pues recientemente se colocó la primera piedra del proyecto que integrará el primer desarrollo de usos mixtos en Culiacán, Sinaloa. De la mano de la empresa Arco se inició la construcción de las primeras tres torres y tres garden houses que, en total, sumarán 85 unidades para esta primera fase, lo que se traduce en la inversión de los primeros 300 millones de pesos para los próximos 18 meses. El proyecto final contempla 247 unidades, distribuidas en ocho torres y 11 garden houses, lo que representará una inversión total de 740 millones de pesos y la generación de más de mil 100 empleos directos e indirectos para el estado.