En el canal y podcast de N 4.0 en el cual participo cada semana hemos hablado mucho de las redes sociales y los niños. Incluso mi amigo (el señor eventos) Adrián Campos ya ha sido troleado por verse como el tecnotío gruñón al criticar esta relación peligrosa. Y creo que tiene razón. Los niños menores de 13 años no deberían tener redes sociales.
Podría ser exagerado o verse anticuado pero la vida en internet no siempre viene acompañada de la civilidad digital. Tener una identidad en internet es peligrosa y crítica si se trata de niños, incluso de adolescentes tempranos.
Con motivo del día del niño el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) presentó el Informe Especial Audiencias Infantiles 2023. Este informe analiza las audiencias infantiles y su consumo de contenidos tanto en medios tradicionales como digitales. Muchos conocen mis críticas al papel del IFT como regulador, pero como fuente de información estadística y de generadora de estudios, no hay queja. En eso sí son buenos.
Por eso coincido en el énfasis que le pone el IFT al revelar que 82% de las niñas y niños entre siete y 11 años declaró usar internet y 69% mencionó usar alguna red social. Lo que más sorprende y preocupa es que el uso de las redes sociales entre los menores de edad ha crecido de 39% en 2017 a 69% en 2022.
Si todo se quedara en el “inocente” WhatsApp que utiliza 66% de los niños mexicanos, no habría tanto problema. Lo alarmante es que 55% de los niños usa YouTube, TikTok, 49%,, y Facebook, 34%. El 65% de los niños encuestados consume contenidos en internet, siendo Youtube la plataforma preferida. Además, consumen 2.6 horas al día. Dijo 37% que utiliza plataformas que requieren una suscripción, mientras que 82% dijo ver contenidos en plataformas gratuitas.
En la misma sintonía, el estudio “Niños Digitales” de Kaspersky indica que 39% de los niños mexicanos han creado directamente sus propias cuentas en redes sociales y acceden a ellas sin supervisión.
Podrías pensar que no es para tanto y que solo se trata de diversión, pero como dice Kaspersky, esto representa una amenaza. Por ejemplo, los retos en redes sociales pueden poner en riesgo la seguridad, privacidad y la vida en general de los menores. De hecho, una encuesta de Kaspersky reveló que 53% de los mexicanos considera estos desafíos como peligrosos.
Ciertos padres no han tomado en cuenta que algunos de estos challenges, dejan abierta la puerta para ciberdelincuentes. La empresa de ciberseguridad explica que los niños pueden interactuar con desconocidos desde perfiles falsos en redes sociales. Así, los ciberdelincuentes tienen más oportunidades para chantajear, acosar y extorsionar a los niños o incitarlos a la violencia y robar su información.
Lo peor de todo es que, según Kaspersky, 72% de los padres en México afirma tener control sobre la vida digital de sus hijos. Sin embargo, como lo dice el IFT, muchos niños usan más de 2 horas consumiendo los contenidos de estas redes.
Por eso, si quieres cuidar a tus niños, involúcrate en lo que le gusta ver y en sus pasatiempos. Infórmate sobre las tendencias y challenges en redes. Supervisa las aplicaciones y los canales que usan tus niños y por favor, no le permitas abrir una cuenta en redes sociales. No importa que chille o patalee, es por su seguridad.
MAYOR AMARRE EN VERACRUZ
Pocas veces podrías imaginarte toda la tecnología que se usa en una terminal portuaria. A veces me molesta un poco que estas empresas guarden sus inversiones en tecnología como si fuese el mayor secreto del mundo. Hago un llamado afectuoso para que sean generosos y nos compartan dicha información pues creo que resulta muy interesante. Un día escribiré sobre varios casos de inversión tecnológica en puertos pero que poco se conocen.
En el caso de ICAVE, la terminal de Hutchison Ports ubicada en Veracruz, no tienen problema en revelar que invirtieron 30 millones de pesos en la tecnología Shore Tension. Parece una simpleza pero con este sistema se aumenta la seguridad y se acelera la carga y descarga de buques durante condiciones climáticas severas. Se trata de un sistema de amarre a presión para embarcaciones en aguas profundas. La fuerza es de tal magnitud que los barcos pueden quedar asegurados en el muelle aun con fuertes viento, corrientes y olas provocadas por el clima. Se trata de la primera implementación de este tipo en Norteamérica y está certificado por Lloyd's Register para equipos a presión, equipos de elevación y uso en atmósferas explosivas.