A raíz del pasado lunes negro, las dudas sobre una burbuja especulativa en la inteligencia artificial (IA) han crecido. ¿Estamos ante un déjà vu de la burbuja puntocom de hace 25 años? ¿O solamente “Los 7 magníficos" tecnológicas tuvieron un mal día al perder casi 1 billón de dólares?

Hay quienes ya están recogiendo sus canicas y comienzan a dar pasos hacia atrás (como los gatos) al enterarse que, por ejemplo, NVIDIA retrasó sus chips B200. Otros lo hicieron cuando Warren Buffet, el legendario inversor, redujo a la mitad su participación en Apple. Sin embargo, el debate sobre la posibilidad de estar a punto de sufrir el pinchazo de la burbuja se alimenta de los decepcionantes resultados de la IA en aplicaciones empresariales.

Muchos creen que se trata de gastos innecesarios o exagerados pues son pocos los beneficios. Sin embargo, lo que sí parece cierto es que el rally de la IA y de los 7 Magníficos está por terminar. Ya muy poca gente estará dispuesta a invertir fuertes cantidades de dinero en los mercados especulativos en tanto no se vean resultados tangibles.

Es cierto también que ya casi pasaron dos años desde la aparición de los primeros servicios de IA Generativa y seguimos viendo los mismos errores. Los modelos de lenguaje siguen teniendo alucinaciones y los creadores de imágenes siguen sin poder resolver (por ejemplo) el problema de los seis o menos dedos de un humano.

El valor en los mercados especulativos de empresas relacionadas con IA es muy alto y hasta exagerado. Sin embargo, todavía no se puede decir que la IA ha fracasado pues apenas estamos viendo los orígenes de su potencial. Incluso expertos de varias empresas tecnológicas me han dicho que es cierta la decepción que hay por los resultados tangibles de la IA en las empresas, sin embargo, muchos lo explican como una consecuencia de una deficiente gestión de los datos de las empresas.

Tal vez en las próximas semanas sabremos si estamos llegando al límite de la burbuja especulativa, sin embargo, desde ahora puedo asegurar que solo se trata de una corrección en los mercados.

Redes neutrales

Muy interesante el nuevo estudio de 5G Americas sobre las redes neutrales y el potencial que ofrecen para la conectividad del futuro. La organización publicó un white paper titulado "Neutral Host Opportunities for 5G and Beyond" el cual ofrece un análisis sobre el papel que las redes de alojamiento neutrales (NHN, por sus siglas en inglés) podrían desempeñar en la mejora de la conectividad y la cobertura, así como en la sostenibilidad de las redes.

La idea de las redes neutrales no es nueva, pero su implementación en el ámbito de la 5G representa un cambio significativo en cómo pensamos la infraestructura de telecomunicaciones.

Las NHN permiten la compartición de infraestructura a diversos niveles y no solo prometen un futuro más conectado, sino que también marcan el camino hacia un uso más eficiente y sostenible de los recursos tecnológicos.

Creo que el éxito de las NHN podría desatar otros modelos de negocio en los cuales los grandes corporativos podrían decidir administrar sus propias redes de telecomunicaciones y no depender de terceros. Como era, en el inicio de los tiempos.

Pemex, brazo tecnológico

Por cierto, a quien le ha funcionado muy bien eso de hacer sus desarrollos tecnológicos in house es a Petróleos Mexicanos (Pemex). La evolución de la empresa productiva del Estado hacia un futuro más tecnológico y seguro es evidente. Durante la administración actual, uno de los cambios más relevantes ha sido el fortalecimiento de su ciberseguridad y la gestión de datos, con la joya de la corona siendo su nuevo Centro de Datos Principal ubicado en la Ciudad de México.

Pemex ahora cuenta con diez centros de almacenamiento donde resguarda toda su data, lo que representa toda una fortaleza logística y estratégica en términos de información. En los últimos años, la compañía ha reforzado su seguridad, poniendo un énfasis particular en la ciberseguridad de sus sistemas de tecnologías de la información y operacionales

Imagina la cantidad de procesos administrativos, contratos, información financiera y productiva, así como los datos de proveedores y contratistas que deben ser protegidos. Por ello, no es casualidad que Pemex enfrente más de 100 mil millones de ataques cibernéticos al año.

En sus nuevas instalaciones, Pemex ha alojado más de 400 aplicaciones de negocios, de las cuales 32 son críticas para el funcionamiento diario de la empresa. Además, cuenta con 70 servidores que representan más de 1,200 servidores virtuales, dedicados a procesar las operaciones críticas de la compañía. Este enfoque robusto hacia la tecnología es parte de un esfuerzo concertado para asegurar la resiliencia y la integridad de la información de la petrolera.

El director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, ha sido un actor clave en este cambio pues asumió la gestión directa de su ciberseguridad, tarea que anteriormente estaba en manos de particulares. Este cambio estratégico significó un ahorro de más de mil millones de pesos, ya que anteriormente se pagaban 2,100 millones a empresas privadas para este fin. Esta decisión no solo refuerza la seguridad interna, sino que también optimiza los recursos financieros de la compañía. Al fortalecer su brazo tecnológico, la petrolera no solo protege sus activos más valiosos, sino que también se posiciona como un líder en la industria energética.

* Columnista y comentarista

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