Los afroamericanos y los indios han tomado el poder a distintos niveles en Estados Unidos y rebasado a los mexicoamericanos. Postulan candidatos, presidentes y vicepresidentes. Frente a nuestros ojos, estas dos comunidades se han empoderado a mayor velocidad e intensidad que la mexicana, además poco se ha trabajado para convertirlos en aliados. Ahora se necesita de su apoyo en migración, seguridad y comercio.
En las calles de EU los paisanos no se han agrupado junto con afroamericanos o indios para defender sus derechos humanos, influencia política o protección de los migrantes. Los cubanos, venezolanos y caribeños sí han generado importantes alianzas.
En las elecciones presidenciales de 2024, la comunidad de origen indio se unió a la narrativa negativa contra los indocumentados mexicanos, a favor de la deportación y la crítica de violencia, drogas y comercio ilegal “Mexican”. Los estadounidenses con raíces en la India se calculan en 4.8 millones. Son mucho menos que los provenientes de México, su migración es más reciente, mas están posicionados en las decisiones locales y nacionales de EU.
El acercamiento con personajes de identidad afro ha llegado tarde. Hubo una aproximación a Barack Obama ya que era presidente, no en sus inicios cuando hacía política en los barrios de Chicago llenos de mexicanos o como un senador prometedor. Cuando fue declarado “deportador en jefe” ya era demasiado tarde. La Cámara de Comercio México-Estados Unidos se acercó a Colin Powell con el premio José Juan de Olloqui, ya que el primer secretario de Estado afrodescendiente estaba al final de su carrera. Lo mismo pasó con Condolezza Rice, en 2011 ya siendo exsecretaria declaró en Miami: lamento no haber atendido la relación con México.
Kamala Harris, reciente candidata presidencial, pese a su carrera con plataforma en California no generó lazos profundos con líderes clave como Dolores Huerta o los de la frontera sur. Quiso empezarlo ya que era vicepresidenta. Y de nuevo, la parte mexicana es responsable de esa falta de acercamiento, siendo Harris afrodescendiente y además india.
No se tiene tampoco registro de grandes enlaces políticos de actores mexicanos con los indios Vivek Ramaswamy y Nikki Haley, quienes compitieron con Donald Trump por la nominación presidencial. Incluso el mismo Trump, es más familiar con México que ellos. Usha Vance (esposa del vicepresidente electo), Kash Patel, Bobby Jindal, Reshma Saujani y Ami Bera llevan tiempo influyendo en la vida nacional de EU mas no están en el radar mexicano.
Los tres grupos que hemos citado se han considerado a sí mismos como marginados históricamente, pero el de origen mexicano ha sido el menos efectivo para conseguir uniones políticas e influir en las votaciones presidenciales estadounidenses. Los afroamericanos y los indios han mostrado mínimo interés en asociarse con los mexico-americanos para defender sus derechos, pero tampoco han hecho la tarea los paisanos en EU, ni México como país.
La relación de México con Estados Unidos en 2025 va a requerir de grandes esfuerzos gubernamentales, de un presupuesto extraordinario para protección legal de migrantes, coordinación en seguridad y recursos para un gran cabildeo político y económico que genere nuevos aliados en la Unión Americana. Viene un reacomodo profundo en América del Norte, donde los mexicanos no pueden negar su carácter internacional, ni pedir que los cambien de mapa.
Especialista en geopolítica y miembro de Comexi