Hace sólo un año hablábamos en este mismo espacio de lo imparable que está la crueldad hacia los animales en nuestro país. Señalábamos a Coahuila como uno de los estados donde se han registrado los casos más notorios. Sin embargo, lo que está ocurriendo en el Bosque de Nativitas, en la delegación Xochimilco, a cargo de José Carlos Acosta Ruiz, es preocupante y vuelve a hacer sonar las alarmas.

La semana pasada apareció en el bosque otro perrito muerto con huellas de extrema tortura que se suma a los 25 casos existentes, lo cual habla claramente de que un sicópata o un grupo de sicópatas están operando en la zona.

Los lectores nos han escrito para hacer responsable directo del caso al mencionado alcalde alcalde de Xochimilco, Jose Carlos Acosta Ruiz, quien además debe explicar la casi nula vigilancia que existe en el lugar, la falta de más cámaras en puntos estratégicos de esta zona sensible para la seguridad de los ciudadanos.

Sin duda el alcalde debe atender las quejas por estas lagunas de vigilancia en Nativitas, aún cuando su demarcación ejerce un presupuesto de más de 2,400 millones de pesos sólo en 2024 e incluso pidió 80 millones adicionales.

Los restos de 26 perritos torturados, sin que exista ninguna pista, muestra que esa zona es de altísimo riesgo y que más que los operativos que se han montado en días recientes, se necesita mejorar el alumbrado público e instalar, en opinión de un lector experto en seguridad, por lo menos 30 cámaras estratégicas para abarcar toda la zona.

En cuanto a las banderas rojas en el tema de crueldad animal con las que se cierra este sexenio, en meses anteriores mencionábamos el video que manchó la dignidad del Heroico Cuerpo de Bomberos, no sólo en Saltillo, Coahuila donde ocurrieron los hechos, sino a nivel nacional.

Recibimos una avalancha de indignados mensajes por parte de nuestros lectores, y no es para menos, la gravedad del video muestra a dos integrantes de los bomberos de Saltillo torturando a perros callejeros y dándoles muerte con palos y con un hacha.

Su cara de satisfacción durante la matanza y luego la celebración con un can muerto acompañados por sus compañeros de la estación, nos hace preguntarnos si México en verdad se ha convertido en una nación de psicópatas.

Un lector nos comenta que esos mismos bomberos, después de torturar y matar animales, seguro llegaron a sus casas con sus familias, el fin de semana quizá vieron programas en Netflix y todo podría haber quedado en el olvido, como muchos otros casos de tortura animal, si no hubiera sido por el video.

Este hecho representa una oportunidad histórica, coinciden muchos de los comentarios que recibimos, para que las autoridades, partiendo desde el ejecutivo federal, el gobernador del Estado de Coahuila, hasta los cargos operativos de la alcaldía local, den un ejemplo de que la tortura hacia los animales ya no se tolerará en México y que puede costar libertad y cesar a cargos de primer nivel.

Hace unos meses nuestros lectores coincidían en que se debía aplicar un castigo ejemplar a los responsables, incluido el que grabó el video, pero además exigir la destitución del jefe de la estación de bomberos donde ocurrieron los hechos y también del Director de Protección Civil y Bomberos, por su ineficiencia para controlar a su equipo y estar enterado de lo que ocurría a nivel interno.

Curioso que el año pasado los funcionarios coahuilenses aparecieran en una fotografía de un canal de televisión local, posando con el alcalde José María Fraustro y algunos miembros del cuerpo de bomberos, recibiendo una donación de equipo. También hay otras notas periodísticas que cubren la donación de equipo por parte de la ciudad de Austin, Texas.

Aberrante si se hubiera sabido que los equipos anteriores, como hachas, fueron usados para torturar y asesinar a animales indefensos. Por donde se le mire, ese grupo de psicópatas, manchó la dignidad del cuerpo de bomberos a nivel local y nacional.

Asimismo, nuestros lectores recordaron que debe reavivarse otro caso también ocurrido en Coahuila, Piedras Negras, por Gerardo Humberto Herrera Escobedo, que, por diversión durante una borrachera, llamó a dos perros que cruzaban por el portal del predio ubicado en la calle de Napoleón Gómez Sada y acuchillo a uno de ellos, mientras era filmado por un cómplice indirecto, hasta ahora desconocido, y

que ríe ante el atroz acto. El sujeto, mostrando rasgos también psicopáticos, regresa tranquilamente a tomar su bebida y dice: "No se murió", mientras el animal se desangra entre gemidos de dolor.

"Se debe castigar también al que filmó el video y que ríe como un enfermo. ¿En verdad qué está pasando en Coahuila con la crueldad hacia los animales?", se pregunta la lectora de nombre María, quién agrega que el gobernador debe tomar riendas en este asunto, porque no es coincidencia que, en menos de cuatro años, tres de los casos más graves y aberrantes de tortura animal, incluyendo el del pequeño osito asesinado por civiles y policías en el municipio de Castaños, que ha sido difundidos por redes a nivel nacional, se hayan suscitado en su entidad.

"Urge también una campaña de sensibilización a nivel estatal en Coahuila, tomando como ejemplo éstos tres graves casos, sería una pena que, por la indiferencia de su gobernador y funcionarios, un cuarto caso la convirtiera en la capital oficial de la tortura animal en el país", dice otro lector.

Sin embargo, no sólo con el castigo es suficiente, sino también la vigilancia.

Esperemos que en Xochimilco avancen pronto las investigaciones sobre el torturador de perritos. Vecinos nos han escrito para mencionar las indagaciones a nivel ciudadano que están llevando a cabo.

"Sin embargo lo que urge es alumbrado, operativos permanentes y muchas más cámaras", señala la lectora Irma en mensaje directo al responsable de la Alcaldía.

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