Instalada en 1930, en la calle de Donceles, en el Centro de la capital, la Liga Nacional Antichina y Antijudía fue una aberración que acompañó a uno de los más negros pasajes de racismo, que vivió nuestro país.
Resulta sorprendente que durante décadas se haya omitido en los libros de texto de las primarias y las secundarias, uno de los pasajes más vergonzosos de la historia de nuestra ciudad y del país entero. Acciones que no sólo promovieron los ataques más aberrantes contra otros seres humanos, sino que evidenciaron la enorme laguna educativa y humanista que se vivía en todos los ámbitos de nuestra nación.
Por supuesto, se trata de un tema con cola y punta, que durante el régimen priísta pocas veces fue desempolvado, debido principalmente a que involucraba los crímenes de muchos ex presidentes como Plutarco Elías Calles, promotor de la Liga ProRaza, o como Abelardo Rodríguez, quien ordenó la expulsión de cientos de familias chinomexicanas.
Durante esa década se continuó promoviendo lamentables acciones y discriminación contra la comunidad china, y comenzaron a circular una serie de folletos y carteles fascistas, distribuido por grupos radicales y resentidos de la capital, así como por varios estados de la República. Bajo fundamentos, en su opinión, "eminentemente sociales y nacionalistas", estos grupos atacaban a ciudadanos inmigrantes, afirmando que éstos destruían nuestra raza, hogares y actividades económicas.
En varios puntos de la ciudad, como Reforma e Insurgentes, así como en varios estados como Aguascalientes, Sonora y Chiapas, se podía encontrar, en cada esquina, propaganda colmada de insultos y en la que se afirmaban falacias como que "el noventa por ciento de los chinos sufría de terribles enfermedades como el beri-beri, sífilis, tracoma y tuberculosis".
En el centro de la ciudad, un chango obtuso que respondía al nombre de Marcelo Tadeo Pérez, y que todavía en este 2023 ha de avergonzar a sus descendientes, continuó por muchos años dirigiendo la mencionada Liga Nacional Antichina y Antijudía, cuya filiación nazi atrajo a los más radicales y nefastos politiquetes de tercera, la mayoría trepadores a base de intrigas, y que solían enviar cartas a oficinas públicas, repletas de faltas de ortografía.
A causa de las terribles acciones que cada vez cobraban más víctimas a lo largo de la ciudad y del país, el tal Tadeo Pérez se pavoneaba en reuniones de funcionarios, y
hasta hizo pública, ante la prensa, una carta fechada el 23 de octubre de 1930, que había enviado a Aarón Sáenz, entonces secretario de Industria, Comercio y Trabajo, y en la que afirmaba textualmente: "Comprendiendo la honda responsabilidad que tenemos los ciudadanos conscientes de la nación, en el sentido de colaborar con el gobierno, fundamos la Liga Nacional Antichina y Antijudía, para contrarrestar las acciones que han desarrollado los elementos extranjeros radicados en el país, especialmente los judíos y los asiáticos, los primeros, destruyendo nuestro comercio, y los segundos, nuestra raza y hogares".
Y agregaba: "Considerada la nobleza y patriotismo que anima a nuestra organización, esperamos a nuestro C. secretario de Industria, Comercio y Trabajo, nos preste su ayuda, para cumplir con nuestra justa misión. Protesto a usted mi atenta y distinguida consideración por la conservación de la raza. Atentamente, Marcelo Tadeo Pérez, presidente del Comité Ejecutivo".
Todavía hoy se erizan los pelos de coraje al leer tal cantidad de p... tonterías, que no obstante en esos tiempos, fueron tomadas en serio y fueron la causa de linchamientos, matanzas y destrozos a negocios de personas inocentes.
Incluso en 1965, en el norte del país, había grupos que continuaban aquella persecución, bajo el nombre de Defensa de la Nacionalidad y la Raza. Todas estas acciones cometidas alguna vez por ignorantes, que se llamaban mexicanos... en realidad fueron todo, menos eso.
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