Visité con mi hija el Acuario Inbursa en Polanco y su respectivo museo interactivo y me sorprendió ver lo inadecuado de algunos hábitats donde exhiben a los animales y que supuestamente fueron supervisados por biólogos.
Tal es el caso de la tortuga del desierto, animal que está acostumbrado a recorrer grandes distancias y que la tienen en un espacio de 2 por 3 metros dando vueltas todo el día, con lámparas que se asemejan a esas que cuestan 100 pesos en el Walmart y como plato de alimentos, algo que se parece a la tapa de una cubeta de pintura.
Al investigar sobre el tema y preguntar a algunos biólogos me encontré con que la tortuga del desierto, conocida científicamente como Gopherus agassizii, que se exhibe en el Museo Interactivo Inbursa, mismo que puede recorrerse por el mismo costo del boleto del acuario, necesita de un gran espacio para no caer en el estrés y la depresión. Uno de sus hábitats es el desierto de Mojave donde recorre amplias distancias por día.
La doctora en biología por la UNAM, Blanca Esther Pérez, afirma que el acuario y el museo ya han estado en la mira de muchos especialistas desde hace algún tiempo y que sería bueno que el director del mismo publicara la lista de biólogos y supuestos especialistas que aprobaron hábitats de 2 por 3 metros para una especia tan activa y delicada como la tortuga del desierto.
“Disculpe, pero definitivamente a los biólogos que dieron el visto bueno a ese hábitat, yo los reprobaría de cualquier clase. Hago un llamado a la familia Slim y a don Carlos, su patriarca, para que pongan atención a este espacio y no se dejen engañar por biólogos mercenarios que sólo les dicen lo que quieren escuchar. Muchos de los espacios del Acuario Inbursa son inadecuados y requieren de una urgente remodelación integral.”
De la tortuga del desierto, incluimos fotos y el video de las condiciones que enfrenta en el Museo Interactivo Inbursa puede verse en el canal de Youtube “El mundo de Clarisse” en el siguiente enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=GwBUQhc2d_4
Este video es tan sólo un ejemplo de lo inadecuado de las instalaciones. La especialista Blanca Esther Pérez afirma que recluir a un animal así a un espacio de 2 por 3 metros, equivale a encerrar a un ser humano de pie en un espacio de medio metro cuadrado, sin ventanas y con una lámpara sobre su cabeza las 24 horas del día. Irónicamente en la ficha del museo se puede leer que el estatus de peligro de extinción de esta especie es “vulnerable”.
“Nuevamente hago un llamado a Don Carlos Slim para que ponga cartas en el asunto, porque la imagen de sus empresas podría verse afectada. Después de esta denuncia seguramente los directivos del museo se apresurarán a retirar, por imagen, a la tortuga en exhibición, pero no es justo que la coloquen en una jaula y la embodeguen, sería peor. Se necesita hacer un registro en video y en redes sociales de su traslado a un hábitat natural adecuado... ¿Por qué no a su jardín don Carlos?, mientras el acuario y el museo son remodelados”, afirma la doctora Pérez.
Otros focos rojos de los hábitats inadecuados que percibió en el museo son el del cocodrilo que permanece en un espacio reducido junto con pirañas, el de la tortuga blanca que nada dando vueltas en una pecera donde comparte espacio con otras especies y que resulta bastante reducido. “En términos humanos sería como si a alguno de ustedes los encerraran en un camper pequeño con vidrios de cristal y lo tuvieran ahí los 365 días de año.”
El Acuario Inbursa recibe hasta cinco mil visitantes por día (en temporadas como semana santa hasta 7 mil), a 250 pesos la entrada, acumula aproximadamente 1 millón 250 mil pesos diariamente, es decir más de 456 millones al año. No es justo, afirma la bióloga, que, con tanto capital, sin mencionar el respaldo de la familia Slim, tengan a muchas especies en espacios tan reducidos y hace un llamado a biólogos y especialistas de todo el país a que acudan al museo y testimonien y documenten las condiciones de muchos animales ahí exhibidos.
“Propongo comenzar a difundir el hashtag #AcuarioInbursaAmpliacionUrgente”, no se me quita de la mente la pobre tortuguita del desierto dando vueltas en ese corral de metal tan pequeño. Llegaba a una esquina y hasta intentaba trepar. estamos en una nueva era donde los animales ya no pueden ser tratados como meros ornamentos”, agregó la doctora en biología.
Twitter: @homerobazan40