Me dieron ganas de llorar / nadie lo había visto desde entonces / me hizo sentir difícil / nadie lo había visto / el pensamiento me hizo sonreír / el dolor era insoportable / la multitud estaba en silencio / el hombre llamó / el viejo dijo / el hombre preguntó.

Este poeta engaña al lector, porque no es poeta aunque sus creadores insisten en afirmar que lo es; vamos, no es siquiera humano. Tomar frases casi al azar, hacer con ellas versos, formar una estructura que nos motive a pensar que estamos ante un arte, el arte que se sirve de las palabras, no convierten a un texto, en automático, en un poema. Ya Mallarmé trabajó con las palabras y una suerte de azar allá en el siglo XIX; el simbolismo ha sido superado hace mucho y hoy la gente le pone otros nombres que suenan novedosos, posmoderno (término poco moderno) le dicen algunos. El autor del texto con el que inicia esta colaboración es de algo llamado Syntaxnet un motor de inteligencia artificial que dicen es capaz de crear poesía posmoderna. El programa informático es, en términos de inteligencia artificial, lo más avanzado en cuanto a construcción de lenguaje se refiere. Aún así qué dices cuando eso que es tan avanzado escribe algo que no es del todo coherente, cuando no tiene un sentido lo suficientemente armónico como para llamarlo ya no digamos arte, sino un texto legible. En Google, creadores del Syntaxnet, decidieron que el sinsentido del texto y la falta de fondo podían hacer entrar a este pensamiento artificial en la categoría de poesía, porque si no entiendes el poema en un libro y no entiendes eso que crea Syntaxnet quiere decir que ambos son la misma cosa. Pero no todo es tan absurdo.

Dejando den lado las pretensiones poéticas de Syntaxnet podemos decir que lo que está haciendo Google es buscar a través de complejos algoritmos un software que sea capaz de comprender, de manera natural y a través del lenguaje, formas elaboradas del pensamiento humano, comprender para poder crear un pensamiento individual en lo que serán los primeros autómatas inteligentes. En los experimentos iniciales estos algoritmos están tratado de identificar como va progresando la expresión de una idea, con un principio y un final, y con apego, en lo posible, a las reglas gramaticales. Siendo generosos hace falta un esfuerzo más o menos normal, es decir casi el mismo que requerimos para tratar de entender a otro ser humano con una forma de hablar que nos es ajena, para encontrar un sentido en lo escribe Syntaxnet.

Pero los poemas ñoños de Syntaxnet no salen de la nada, los crueles ingenieros hacen “leer” a su creación novelas románticas, tiene en su memoria más de tres mil de estas, por eso hace cosas como: No hay nadie más en el mundo / no hay nadie más a la vista / ellos eran los únicos que importaban / ellos fueron los únicos que dejaron / él tenía que estar conmigo / ella tenía que estar con él / yo tenía que hacerlo / quería matarlo / comencé a llorar / vovlví a él. No sé si compraría su libro, Syntaxnet.

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