Cada vez usamos menos los teléfonos inteligentes como “teléfonos” y más como otra cosa; han venido a sustituir a la consola de juegos, la cámara, el reproductor de música; para muchos, también, el “teléfono” es nuestra principal herramienta de trabajo, “oficina móvil” le dicen por ahí. Quizás algunas de las características menos buscadas, sea uno aficionado a la tecnología o no, son las relacionadas con la salud; aun así, cada vez más modelos incluyen un podómetro, algunos pueden llevar un registro de las calorías ingeridas en cada comida, medir patrones de sueño, ritmo cardíaco; unos pocos tienen la capacidad de medir también el oxígeno en la sangre y alguno por ahí incluso la intensidad de los rayos ultravioleta; los principales fabricantes incluyen “suites” de salud en sus dispositivos. Con todo, la salud no es prioridad de los fabricantes de teléfonos, y los ejemplos anteriores son ofrecidos como un plus, cerezas en el pastel.
Contar con una computadora de bolsillo, con tantos sensores y capacidades, ha animado a algunas universidades a crear aplicaciones muy interesantes enfocadas en la salud. El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha venido desarrollando desde hace algunos años una aplicación para detectar cataratas llamado CATRA, con este software y un aditamento óptico que se adapta al teléfono se puede hacer un examen en apenas pocos minutos, es tan fácil que no es necesario que un oftalmólogo intervenga. El mismo MIT tiene otra aplicación que con ayuda de un periférico del tamaño de una naranja puede examinar tejidos y elaborar una biopsia, es decir que tiene la capacidad de detectar algunos tipos de cáncer. La universidad de Florida tiene una app capaz de detectar la malaria. Hay también quien ha adaptado electrodos a una carcasa para poder hacer un ecocardiograma básico. Existe una aplicación que a través de complejos algoritmos es capaz, dice, de detectar un melanoma a través de una fotografía.
En México, en el Tecnológico de Monterrey han desarrollado aplicaciones que miden en los pacientes las condiciones circulatorias y de respiración; otra que calcula los nutrientes que deben ser administrados, vía intravenosa, a personas en estado crítico. El TEC, en colaboración con un centro de investigaciones, han creado una aplicación para detectar varias enfermedades de los ojos como el edema macular y otras enfermedades de la retina, sólo con la cámara del teléfono. La mayor parte del desarrollo de estas y otras aplicaciones que se están creando en el país han sido iniciativa de estudiantes, es una veta no plenamente explotada de manera institucional; aun así, las noticias de nuevas aplicaciones de este tipo que son desarrolladas en el país son más frecuentes de lo podríamos pensar.
La mayoría de las aplicaciones serias dedicadas a la salud pocas veces se ponen a disposición del público en general, no las va a encontrar en la tienda de aplicaciones, su fin no es el de despejar la curiosidad del usuario promedio; estas aplicaciones buscan convertirse en, a veces, la única opción para tantas y tantas comunidades apartadas de las grandes ciudades que difícilmente cuentan con un médico y el equipo mínimo para diagnosticar algunas enfermedades.