Los científicos tardaron 30 años en decodificar completamente el genoma humano, no es para menos considerando que éste está compuesto por unas tres mil millones de pares de moléculas encadenadas; nos habíamos estancado desde el 2003 con un 92%, restaban algo así como 400 millones de letras, hecho que se dio hace apenas unas semanas. No sobra recordar que, a lo largo del siglo pasado, con los avances científicos del momento, no faltó quienes quisieron aprovechar los descubrimientos de su tiempo para demostrar teorías que iban encaminadas a la segregación y al enaltecimiento de ciertas, mal llamadas, razas. Esas diferencias de aspecto que, desestimando que en realidad compartimos mucho más material que el que nos hace distintos, desataron periodos de odio, como nunca antes, basados en la ciencia. Hoy queremos reconocer un proyecto que busca lo contrario desde la ciencia y también desde el arte.
El pasado jueves 7 de abril se inauguró en el Museo de la Ciudad de México, Pino Suárez 30, la exposición Mosaico Genético en México : una mirada desde las artes, proyecto multidisciplinario que convoca a un centenar de artistas a quienes se les realizó una prueba de ancestría genética para, a partir de los resultados, proponer sus obras; a partir de la ciencia y los datos duros, la subjetividad y el impacto personal de dichos resultados.
En 2018, este proyecto resultó beneficiado del Programa de Arte, Ciencia y Tecnologías de la Secretaría de Cultura y la Universidad Nacional Autónoma de México, y este año además tiene apoyo del Fondo Institucional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación, mencionar también la colaboración del Instituto Nacional de Medicina Genómica en la toma de pruebas. Dentro del proyecto, y en el marco de la exposición in situ en el Museo de la Ciudad de México, tiene programados talleres públicos, actos en vivo, paneles de reflexión y conferencias magistrales con sedes en el Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro y el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, los anteriores tuvieron actividades desde el 2020; la reciente inauguración en el Museo en Pino Suárez, es la última fase de este proyecto (que tuvo cuatro etapas) que, como ya dijimos, comenzó a andar hace casi cuatro años. La idea, desde su origen, es reflexionar y discutir, con base en los estudios genéticos, las implicaciones personales, sociales, legales y éticas; eso que compartimos como humanidad, a la vez de las pequeñas grandes diferencias que nos constituyen como individuos; cómo, desde una visión biológica, no existen fronteras, a la vez de hacernos conscientes de que en la diversidad radica nuestra riqueza y que la identidad no está supeditada a nuestro material genético, al proponer estos temas desde el arte, podemos tener una acercamiento más allá de lo científico, a través de lo emocional y social. En la exposición en el Museo de la CDMX encontraremos fotografías, carteles, instalaciones, literatura, arte objeto, audios, videos, etc.
Valdría la pena aprovechar los inminentes días de asueto para visitar el museo con el tiempo necesario para apreciar cada obra; si no, Mosaico Genético en México: una mirada desde las artes, estará disponible hasta finales de junio.
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