Pablo Ruiz Picasso, ahorremos caracteres, muy probablemente el pintor español más importante del siglo XX, Dalí sería de los pocos que estarían en desacuerdo con esta afirmación, sigue dando de qué hablar; y es que un tuit de la cuenta del MIT (siglas para Massachusetts Institute of Technology), mostraba una pintura del artista malagueño nunca vista. El descubrimiento se realizó gracias a una red neuronal desarrollada por científicos del University College de Londres. La obra está bocetada debajo del cuadro “El viejo guitarrista y ciego”, óleo pintado entre 1903 y 1904, la pintura oculta muestra a una mujer sentada y desnuda, con un brazo extendido. La pintura está exhibida en el Instituto de Arte de Chicago, fue fotografiada primero con rayos X y luz infrarroja, cuando se descubrió que había algo debajo, se valieron de la inteligencia artificial desarrollada en Londres para aislarla de la obra final, es tan eficiente esta tecnología, que podemos ver, a todo color, la obra oculta como si estuviese debajo de las capas de pintura; podríamos decir que la red neuronal “pintó” a través de la interpretación de lo poco que dejaron ver los rayos X.

Hay que decir que no es la primera vez que la tecnología se pone al servicio del arte develando secretos ocultos a la vista (y tampoco es extraño que un pintor se arrepienta de una obra y decida trabajar algo nuevo encima), para muestra lo que sucedió hace un par de años al norte de España, gracias a una técnica denominada “Teledetección Espectral”, a través de un barrido de luz, en menos de un minuto, se descubrieron pinturas con 24 mil años de antigüedad en la cueva de El Pendo. Esto fue posible gracias a que dicho “escáner” utilizado para analizar un puñado de trazos amorfos, emitía un haz de luz capaz de captar hasta 420 valores de un pigmento, en vez de los tres (azul, verde y rojo) que captan las cámaras utilizadas hasta ese momento. O el descubrimiento, en 2012, de una obra de Leonardo DaVinci oculta detrás de un mural de Giorgio Vasari, en el Palacio Viejo de Florencia; en este caso, los investigadores de valieron de una sonda especial con la que pudieron ver detrás del muro.

Por supuesto, estos ejemplos de hace apenas unos años, resultan arcaicos: fotografías y sondas en contraste con la inteligencia artificial que elabora una obra completa con apenas un poco de información; claro, como toda interpretación, lo que consiguieron los científicos ingleses puede tener alguna imprecisión, y quizá nunca sabremos con total exactitud los detalles de la pintura como se nos ha mostrado, colores incluidos; pero, sin duda el potencial de esta herramienta es indiscutible, y es cuestión de tiempo para que historiadores de arte y científicos nos muestren con mayor exactitud qué secretos se esconden debajo de las pinceladas de los grandes artistas de la historia, cuyos cuadros están colgando hoy en los museos, y que guardan, debajo de unas capas de pintura, cierto arte del arrepentimiento.

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