Cuando pensamos en un documental cinematográfico generalmente nos remitimos a ser testigos de lo capturado por el ojo de un director, pero este concepto se empieza a modificar con la creación de proyectos transmedia que los jóvenes directores están integrando a su trabajo documental; tal es el caso de Ermitaños, ópera prima de la directora Daniela Uribe, que próximamente se presentará en salas de cine pero que hermana al formato tradicional la cuenta de Instagram @ermitanosdocumental y un estupendo webdoc www.ermitadoc.com.

Ermitaños se sumerge en la vida que transcurre en el emblemático Edificio Ermita, que se alza desde 1930 en la esquina que forman Avenida Jalisco y Avenida Revolución, en Tacubaya, CDMX, y que hoy es el referente perfecto de la vida de la generación millenial.

La construcción, diseñada por el arquitecto Juan Segura, se adelantó a su tiempo y parece construido ex profeso pensando en las características de la vida de los jóvenes en pleno 2020. Daniela Uribe toma el aspecto social de la vida de sus habitantes, “los ermitaños”, como eje central de su proyecto y es así como surge la idea de ir más allá del documental para invitar al espectador a recrear la experiencia que tienen estos ermitaños día a día.

Así, en este webdoc, Uribe nos permite transitar por el edificio, recorrer sus pasillos y espacios en 360 grados y, a través de un excelente y depurado trabajo de sonido, animación y programación, vivir la experiencia de mudarse a alguno de sus pequeños departamentos-estudios enfrentando el espacio y el presupuesto del habitante promedio del edificio. Con una realización lúdica, la animación nos permite decidir qué muebles poner y en dónde, así como conocer los alrededores del edificio para ubicar la zona de nuestra nueva vivienda. Ingresar a la intimidad del chat de los vecinos ermitaños y conocer así las inquietudes, problemas y logros de quienes comparten sin compartir sus espacios unipersonales.

La experiencia del webdoc se convierte entonces en una donde arquitectos, niños, curiosos o posibles nuevos habitantes pueden sumergirse y enfocar su atención en las diferentes capas de profundidad que ofrece Ermitaños.

Uno de los logros de este documento interactivo es no convertirse en sólo una mezcolanza de lo que vemos (veremos) en el documental cinematográfico, si no que encuentra su propio estilo y su lenguaje estético y conceptual. El proyecto transmedia de Ermitaños ganó por todos estos méritos el apoyo de PROCINE en el 2019 después de cinco años de arduo trabajo.

Así, las plataformas digitales no sólo no sustituyen al cine documental “tradicional” si no que enriquecen el discurso narrativo y visual cuando se diseñan pensando nuevos paradigmas de contenido y lenguaje y no sólo como un instrumento de promoción en redes, lo que logra Ermitaños.

La invitación que hace Daniela Uribe para convertirse en el noveno “ermitaño” de su película queda abierta para que conozcan esta joya histórica de la arquitectura del siglo XX y la cultura sociológica de sus habitantes del siglo XXI.

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