Mucho se habla de las cualidades transformadoras del arte; por supuesto, esta transformación se da en la psique o el espíritu de quien contempla o vive una obra. Sin embargo, también los espacios pueden sufrir una transformación que los resignifique, esto lo vemos con frecuencia en la obra de artistas callejeros que utilizan el espacio público para plasmar narrativas a través de la pintura o la escritura, el video o la instalación; pienso, por ejemplo, en la instalación que se realizó en la plancha de la pirámide de cristal del Louvre, por su 30 aniversario, en la que el artista JR produjo una ilusión óptica de tamaño monumental.

No es difícil encontrar espacios alrededor del mundo en donde las obras toman el espacio donde son representadas para dar un discurso muchas veces contrario al del lugar en el que se manifiestan, lo que les da una fuerza que sólo ahí pueden tener, ahí está lo que hizo Banksy en el muro de Israel; o más cercano a nosotros, también de JR, el Giant Picnic en ambos lados de la frontera México-Estados Unidos, en donde unos ojos gigantescos, uno a cada lado de la frontera, miran al cielo, mientras sobre ellos comparten alimentos comunidades de ambos países.

Culturespaces es una fundación que busca transformar espacios a través del arte, construyen instalaciones a través de imágenes y sonidos en espacios emblemáticos; el año pasado inauguraron una exhibición en la que intervinieron una fundidora de hierro abandonada en París para exponer pinturas de Van Gogh que abarcaban, en su totalidad, los muros y los pisos de ese espacio a través de 140 proyectores y 50 bocinas, con lo que conseguían una experiencia sensorial en la que la configuración de los espacios tiene una influencia relevante. Esta instalación concluye el último día del año. Culturespaces ha “intervenido” otros espacios relevantes, como antiguos estadios romanos o edificios públicos; hace no mucho, el proyecto salió de Europa para proyectar arte en un Búnker en Corea del Sur.

Hace unos días, la fundación llamó la atención de los medios al anunciar la inauguración del que es considerado el mayor centro de arte digital del mundo, esto de nueva cuenta en un búnker, pero en territorio francés.

Esta base submarina se construyó durante la Segunda Guerra Mundial, y cuenta con más de 13 mil metros cuadrados en los que se expondrán a artistas contemporáneos como Ouchhh, muy involucrado en obra relacionada con arte, ciencia y tecnología, y también dará lugar a obra de artistas del siglo XX como el austriaco Gustav Klimnt. Evidentemente, la selección de estos artistas, incluido Van Gogh en las otras muestras, va en función de las características de sus obras llenas de color y texturas. Hay que decir que este búnker está inundado hasta cierto nivel, todo para dar a las obras un ambiente particular: por un lado, el tamaño de los formatos; por otro, la oscuridad propia del espacio: y, por último, los grandes cuerpos de agua en los que se reflejarán las proyecciones en la pared. No deje de buscar Culturespaces para ver a detalle de qué van estas instalaciones.

Dada que esta es la última colaboración de 2019, aprovecho para desearle felices fiestas y un excelente 2020, en el que espero contar con su amable presencia en este espacio.

herles@escueladeescritoresdemexico.com

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