La fotografía y las comunicaciones gráficas han estado estrechamente ligadas desde los primeros experimentos para capturar momentos y suspenderlos en el tiempo. A principios del siglo XIX, la idea de atrapar una imagen de la naturaleza a partir de un artefacto llevó a que el francés Joseph Nicéphore Niépce, en 1826, mostrara por primera vez una imagen fotográfica; se había propuesto, después una ardua búsqueda, encontrar la manera de transferir primero algunos dibujos a placas de impresión, logrando hacer las primeras tomas en las que apenas y se podían percibir algunos rasgos del paisaje. Casi doscientos años después de las investigaciones de Niépce, la fotografía se obtiene de formas muy distintas, siendo la foto digital el formato más usado en el mundo.

Durante estos últimos años, hemos sido testigos de una gran variedad de plataformas diseñadas para mejorar y colorear las imágenes obtenidas a través de filtros con el afán de buscar un estilo más “artístico”. Hace unos días, y con objetivos relacionados con la investigación y la reconstrucción de pasajes históricos, se presentó una nueva plataforma capaz de restaurar y colorear viejas fotografías obtenidas con métodos análogos, con ayuda de la Inteligencia Artificial: Colourise.sg.

Este interesante proyecto fue desarrollado por miembros de la División de inteligencia Artificial, GovTech de Singapur durante un hackatón (encuentro de programadores).

Si bien es complicado replicar las condiciones exactas en las que se tomó la fotografía original, Colourise.sg permite hacer una reinterpretación para agregar color. La Inteligencia Artificial de Colourise.sg ha sido entrenada con un banco inmenso de fotografías, de modo que ésta tenga todas las referencias necesarias antes de comenzar a restaurar y reinterpretar el color en una imagen, y aunque hay aún algunas inconsistencias, la herramienta está haciendo interpretaciones con cada vez más datos y parámetros reales.

Es importante puntualizar que el modelo usado para Colourise.sg ya ha sido empleado por Algorithmia, que se encarga de colorizar y componer fotografías para ImageNet, una base de datos de imágenes de uso común creada por investigadores de la Universidad de Stanford y de la Universidad de Princeton, con el objetivo de implementar un recurso útil para otros investigadores, educadores, estudiantes y todos aquellos interesados en este arte.

La colorización de fotografías se hace a partir de una técnica de aprendizaje profundo conocida como Redes de Adversarios Generativos (GAN) que a partir de un generador alimentado con parámetros matemáticos, intentan predecir los valores de color en los diferentes pixeles de la imagen previamente digitalizada, posteriormente se busca identificar si los colores generados son fotorrealistas para terminar con la coloración y posteriormente el usuario podrá descargar su imagen restaurada y a color. No está de más decir que Colourise busca proveer al usuario de un servicio, con la intención de mejorar sus algoritmos, pero a diferencia de otras plataformas y aplicaciones de uso diario, Colourise tiene pretensiones más en los campos de la ciencia que en los del marketing.

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