La decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación respecto a negar el registro como partido político a la organización México Libre, conformada por Margarita Zavala, ex precandidata a la presidencia de la República por Acción Nacional, y su esposo el ex panista Felipe Calderón, ex presidente de México, permite observar cuando menos dos enfoques para la reflexión.

La decisión del Tribunal efectivamente genera una consecuencia política y una repercusión electoral; sin embargo, esta no solo se puede sostener en la tesis de que, al evitar la presencia de un nuevo partido como este, se limita la oposición sostenida bajo la imagen de quien ha pretendido ser el personaje más confrontativo al presidente Andrés Manuel López Obrador: Felipe Calderón Hinojosa.

La creación de este nuevo partido habría de dividir el voto que, de forma consolidada, hoy favorece a la derecha representada por el Partido Acción Nacional; es decir, México Libre competiría de forma directa por el electorado que simpatiza con la fuerza del blanquiazul, como en su momento el partido Morena lo hizo con el PRD. Bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, el electorado vinculado con la izquierda a través del PRD se transfirió a favor de Morena, desfondando al partido amarillo.

Resulta comprensible que el ex presidente Calderón y Margarita Zavala pretendan seguir los pasos de la exitosa ruta trazada por Andrés Manuel López Obrador, cuando creó Morena para evitar encontrarse a merced de actores políticos en los partidos que controlaban las decisiones más relevantes, como son las propias candidaturas.

Está claro que Margarita Zavala pretendía llegar como candidata a la presidencia de la República a través de su propio partido, creado para ese fin; y aunque Felipe Calderón se lograra consolidar como el principal y más popular opositor al régimen lopezobradorista, solo habría que recordar que Calderón no puede volver a ser electo presidente de México.

Entonces, la opción para la ex primera dama sería la reconciliación con su ex partido, Acción Nacional; sin embargo, ya una vez quedó acreditado que no cuentan con el control ni la simpatía al interior de ese instituto político. Para Margarita Zavala, si continúa su deseo de buscar ser candidata a la presidencia de la república, aun lo puede hacer a través del partido mejor posicionado como oposición: Acción Nacional, y solo tiene que olvidar los agravios internos de que fueron objeto ella y su marido, buscar un acercamiento con la dirigencia actual y dejar a un lado rencores y soberbia, para apostar a que su popularidad sea suficiente para que el PAN valore la posibilidad de llevarla como abanderada para el 2024.

A diferencia de México Libre, hoy tres partidos lograron su registro para competir en el proceso electoral 2021 sin posibilidades de alianza, pero si para estar en condiciones de hacerlo en el 2024 con rumbo a renovar la presidencia de México; ellos son: Redes Sociales Progresistas (RSP), presidido por Fernando González Sánchez, yerno de la maestra y ex lideresa sindical Elba Esther Gordillo; Fuerza Social por México, organización ligada al líder obrero Pedro Haces; y el Partido Encuentro Solidario (PES), antes Partido Encuentro Social (PES), cuyo líder es Hugo Érick Flores Cervantes.

Está claro que, cuando menos, los dos primeros partidos —RSP y Fuerza Social por México— pretenden consolidar su presencia electoral a través del voto corporativo, y serán competencia para Morena, de no lograr un acuerdo en el equilibrio de las candidaturas para el 2024. Es decir, todo parece ser que el voto de derecha, ante la decisión emitida por el máximo Tribunal Electoral, se consolida, y el voto de la izquierda se fragmenta, ahora a través de cuando menos seis partidos que buscan el mismo mercado electoral: Morena, el PT, el PVEM, el PES, Fuerza Social y RSP. Al tiempo veremos a quién favoreció la decisión emitida por el TEPJF, si a la derecha conservadora o a la izquierda liberal.

Diputado federal

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