La adversidad nos une y la buena fortuna nos separa, así se puede definir la relación entre el Partido del Trabajo (PT) y Morena. El PT se ha caracterizado por su constancia y lealtad al presidente de México Andrés Manuel López Obrador; desde hace dos décadas lo acompaña, se ha consolidado como férreo impulsor de la 4T y como auténtico representante de la izquierda mexicana; hoy es la fuerza que con mayor fidelidad se aproxima a los idearios de esa ideología.

Es por demás absurdo observar cómo algunos malintencionados pretenden restarle el mérito ganado a esa fuerza política. Hay dentro de la 4T quienes los desdeñan.

En insidiosas columnas pretenden lastimar a su dirigencia y, a través de bots, se han incrementado de manera consistente los ataques sistemáticos hacia los integrantes del PT, a quien más se agrede es al diputado Gerardo Fernández Noroña. Ojalá y ese embate no tenga el sello del típico fuego amigo, ese que, al tiempo, es el que más lastima.

Al Partido del Trabajo nadie puede arrebatarle la lealtad y solidaridad acreditadas al primer mandatario de la nación.

Cualquiera que forme parte o simpatice con el PT se adhiere al proyecto de la 4T y se compromete a defender sus causas y motivaciones. Sin embargo, hay que recordar que es un partido político con intereses de orden electoral y está obligado a buscar los más productivos dividendos que le sumen adeptos y garanticen su crecimiento a la hora de participar en ese terreno. El desdén con que lo trata el partido Morena no corresponde a la lealtad y al acompañamiento demostrado en cada momento de importancia política para el país.

Observamos que, en el pasado proceso electoral en los estados de Coahuila e Hidalgo, el PRI refrendó su vigencia y está listo para buscar los mayores beneficios para sí en el 2021. Hay quienes creen que por llevar en sus siglas la palabra institucional, el tricolor está obligado al acompañamiento del Jefe del Ejecutivo; esto es falso, es un aliado provisional, lo importante para el PRI será ganar el mayor número de posiciones en los comicios por venir.

El Partido Acción Nacional continúa como la más recalcitrante oposición al gobierno actual, hay estados de la república donde se observan sus posibilidades de refrendar su mayoría.

El PRD y Movimiento Ciudadano están atentos a la invitación que priistas o panistas les lancen.

En el caso del PRD, sus dirigentes han manifestado no tener empacho en acompañar al PRI, aunque en sus estatutos históricos, que le dieron origen, literalmente decía que con el PRI no, partido al que calificaron de opresor.

Movimiento Ciudadano seguro hará alianzas estratégicas para incrementar su potencial, y habrá de ir solo en los sitios en donde los números ya lo colocan o lo siguen colocando como primera fuerza. Jalisco sigue siendo un estado eminentemente de Movimiento Ciudadano.

El PT y el PVEM, integrantes de la 4T, están obligados a potenciar sus siglas logrando el mayor número de votos que les permita posiciones en la Cámara federal, así como gubernaturas, alcaldías y diputaciones locales.

Y los tres partidos de nueva creación: Redes Sociales Progresistas, Fuerza Social por México y el Partido Encuentro Solidario, cuesta arriba, tendrán que alcanzar el porcentaje legal para sostener sus registros y participar en el 2024 con miras a la renovación del gobierno.

Lo que está por venir requiere de operación política quirúrgica electoral.

Diputado federal

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