Y cómo evitar hablar del proceso electoral 2021, si este se ha convertido en el motor político del país. Incluso, mientras más nos acerquemos a junio del próximo año, la efervescencia será mayor y el termómetro político alcanzará sus más altos niveles.
Ya está claro, como lo anticipamos, que en algunos estados de la república la contienda será la lucha entre izquierda y derecha, liberales contra conservadores, según lo refirió el jefe del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador , en una de sus mañaneras.
En San Luis Potosí, Morena determinó romper la coalición con sus aliados e ir sola a la contienda electoral por la gubernatura y demás posiciones político-electorales de esa región.
El partido guinda dividió a la izquierda en ese estado de la república y, con esto, incrementó las posibilidades de avance de la derecha, representada por PAN, PRI, PRD y Conciencia Popular; además, debemos recordar que el grupo político de uno de los más férreos detractores de la 4T, Claudio X. González, participa en esa elección, como en otras, a través de su asociación Sí por México. Incluso, la alianza derechista en esa entidad así se identifica desde su registro: Sí por San Luis Potosí, en alusión al grupo político del ya referido empresario.
El ex gobernador de Chiapas y coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México en el Senado de la República, Manuel Velasco, manifestó que, ante la decisión de Morena de romper la alianza, ese partido se podría colocar como la tercera fuerza política en esa entidad; y que su alfil a la gubernatura, el diputado federal Ricardo Gallardo Cardona, alcanzará el triunfo con la alianza ya existente. Es decir, entre el PT, PVEM y Nueva Alianza. Gallardo Cardona cuenta con un muy amplio margen de ventaja, según lo han revelado los más recientes estudios de opinión levantados por prestigiadas casas encuestadoras.
Los dividendos políticos también alcanzarán favorablemente al Partido del Trabajo, al sostener la alianza en esa entidad de la república. El partido de la estrella, conocido como la locomotora de la 4T, no solo ganará un gobernador, también obtendrá posiciones en diferentes ámbitos, ante el atinado cálculo político-electoral de sostener la coalición.
Respecto a otros estados de la república, en Sonora, Ernesto Gándara tomó la decisión de renunciar al PRI para generar la impresión de ser un ciudadano sin partido y provocar la coalición entre el PAN, PRI y PRD, identificados ahora como el grupo opositor de derecha; y en contraparte a una posible alianza entre Morena, PT y PVEM, del que Nueva Alianza quiere ser parte.
Ese estado es relevante no solo por estar incluido en el proceso electoral que renueva gubernatura, también lo es porque participa como candidato el primer funcionario de alto nivel que actuó como secretario de Estado en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En Guerrero la cosa está que arde, ya que quienes disputan la más alta posición en el estado son el senador con licencia Félix Salgado Macedonio y el ex delegado federal Pablo Amílcar Sandoval, ambos como representantes de Morena, por lo que es una entidad en donde puede también estar en riesgo la unidad de las izquierdas.
En Nuevo León no se concretó la alianza del PAN con sus ahora aliados, el PRI y el PRD, por lo que solo priistas y perredistas irán en alianza a la elección; por el lado de las izquierdas, se logró un convenio de coalición por parte de Morena, PVEM, PT y Panal. Es importante observar que el PRD en esta ocasión se adhiere a otras fuerzas con mayor presencia y fuerza, sin que hasta ahora se conozca un actor político relevante de ese partido que pueda participar en el proceso por venir.