Héctor Serrano

Alianzas electorales para 2021

21/06/2020 |23:06
Redacción El Universal
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Ni la crisis que vive nuestro país por la terrible pandemia del Covid-19 detiene la efervescencia política que hoy toma mayores bríos, a prácticamente un año de la elección intermedia, la cual, sin duda, marcará el destino político de los años por venir tanto para el gobierno federal, como para todos los partidos políticos.

Ante la gran agitación política que se vive, no se avizora un escenario sencillo para ninguna fuerza política tanto en su vida interna, como en la proyección de resultados al momento de la elección; estos definirán la continuidad en la movilidad gubernamental que hasta hoy observamos, o se modificará a la hora de equilibrar fuerzas en el terreno legislativo. Para otros, es la oportunidad histórica de concretar su revancha y recuperarse de derrotas anteriores. Aunque no parezca, hay veces que así de simple y efímera es la motivación política.

Ya que en materia electoral no está nada escrito, cualquier cosa puede suceder. Las próximas elecciones son singulares y seguro serán inéditas ante lo inusitado que ha sido la vida política y pública de México durante los últimos 3 años. Parece estar claro que para algunos partidos, como Morena o Acción Nacional, sus pretensiones de encabezar una posible coalición electoral son una realidad.

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Acción Nacional ya ha experimentado en múltiples ocasiones, a lo largo de su historia, diversas alianzas; apenas en el proceso pasado lo hizo con el PRD y Movimiento Ciudadano. El PRD no será la excepción, ya que al igual que el PAN, su estrategia electoral desde el año 2009 se ha concentrado primordialmente en alianzas electorales con otras fuerzas. Para Movimiento Ciudadano hablar del tema, dice, es prematuro; sin embargo, la probabilidad de que una coalición se dé con ese partido es altamente posible, ya que la única posibilidad de que no vaya en una alianza es que estuviera totalmente seguro de obtener el triunfo como se dio en el estado de Jalisco; por ello, estará en espera de un cálculo lo más cercano a la elección y mucho más certero y, por supuesto, cotizándose lo mejor posible.

Hoy está claro que Morena ha dejado a un lado la soberbia, y parece entender que la única forma de garantizar el conservar la mayoría en el Poder Legislativo es con un acuerdo de coalición.

Esa posibilidad sólo se vislumbra con su aliado histórico, el PT, y con el Partido Verde. A nadie debe extrañar, ya que el Verde acompaña al primer mandatario del país a la hora de la toma de decisiones más relevantes. Además, el Partido Verde fue determinante en recientes elecciones como en el caso de Puebla, donde su aportación generó las condiciones que permitieron llevar a Morena a obtener el triunfo en la gubernatura de ese estado y derrotar, primordialmente, a un panismo que ahí se volvía cada vez más consistente.

El PRI es posible que logre incluirse en algunas alianzas; sin embargo, parece complejo que esto ocurra, ya que, hasta hoy, quien más habla de una alianza con ese partido es el PRD que, de entrada, tendría que modificar sus principios y su reglamentación interna para dar cauce efectivo a esa posibilidad.

Hasta ahí todo parece relativamente sencillo, lo complicado será lo interno. Cada fuerza política se habrá de cotizar sabedora de lo que suma al proyecto de la fuerza mayor, y la generación de conflictos internos, entre sus militantes, será mayúscula. Los órganos jurisdiccionales en materia electoral seguro tendrán mucho que resolver ante el cúmulo de recursos que, seguramente, habrán de presentarse a la hora de concretar candidaturas.

A muchos, con falso sentimiento, podrá horrorizar el pragmatismo del Partido Verde. Diversos reclamos se vierten sobre él en voces de quienes dicen ser expertos politólogos o líderes de opinión; lo cierto es que no existe un radical al que no le guste que otros actúen con radicalismo, para ellos el mejor escenario es la confrontación electoral que emane de un supuesto arraigado sentido ideológico. La ideología requiere de actualización de acuerdo a las necesidades sociales y, la izquierda atiende, como acto primordial, las necesidades de las masas populares; entonces ¿cuál es el reclamo hacia un partido cuya movilidad política responde a la armonización y consolidación de todo lo que facilite un proyecto de gobierno en favor de la mayoría?