Podemos analizar el momento complicado que vive el Rebaño desde el punto de vista deportivo y directivo.

Visto desde la cancha, el modelo de gestión en el trato humano de es muy parecido al de Luis Fernando el Flaco Tena, he tenido la oportunidad de trabajar con ambos, tienen gran comunicación y entienden al jugador, lo consienten, lo apapachan, pero esto se convierte en un arma de dos filos, ya que si el jugador se confunde con el mensaje, esto puede traer abusos en cuestiones de disciplina, compromiso y el desconocer su responsabilidad.

Víctor tendrá que estabilizar al equipo, sacar provecho del supuesto potencial que tienen los refuerzos, ya que no es la misma presión jugar en Chivas que en los planteles de donde vienen; tendrá que trabajar mucho en defensa y sobre todo en fabricar más llegadas claras para aumentar las oportunidades de gol, que al día de hoy no lo han podido gritar.

Deseamos que Vuce le dé ese equilibrio necesario al equipo, una habilidad de la cual es experto; que tenga continuidad y que con su experiencia, buena comunicación y exigencia sepa comprometer a todo el plantel.

Hablando en lo directivo, es muy positivo que tengan esa ambición noble y sana de que su modelo a seguir sea el Barcelona; decirlo o venderlo es muy fácil, constituirlo es lo difícil. Actualmente hay varias y profundas diferencias.

Para empezar, tienen que analizar y hacer una autocrítica del porqué Chivas tiene cinco torneos sin clasificar a la Liguilla; han invertido mucho dinero en refuerzos, varios de los cuales no han rendido y otros no deberían haber salido. La calidad y compromiso de la cantera han disminuido, han tenido múltiples cambios de técnicos y directores deportivos; han presentado proyectos ambiciosos deportivos y comerciales que han fracasado. En resumen, tendrán que encontrar dónde se interrumpe el proceso.

Tanto Ricardo como Marcelo deben trabajar en equipo, sin protagonismos, ni envidias; deben evaluar y calificar los procesos en conjunto y estar abiertos a la mejora continua. Deben estar alineados a los objetivos y a la visión institucional, dejar a Vuce y a su cuerpo técnico hacer su trabajo y por supuesto apoyarlo en lo referente a la disciplina y cohesión interna del plantel. Ambos conocen el oficio.

Por otra parte, antes de la pandemia, la situación económica del equipo comenzaba a ser apremiante; al día de hoy esto aumentó. No podemos omitir el malestar de los chivahermanos por los resultados y éste se incrementa por no poder ver a su equipo en TV abierta.

Amaury debe ser el líder, mitigando la presión, vigilando el ambiente y coordinando a sus directores; estar cerca y enterado, para que no le suceda lo que con José Luis Higuera. En cuanto a su proyecto, este debe ser viable, sustentable, apegado a la realidad y reconociendo sus alcances. Hoy por hoy debe pensar en el compromiso que tiene con la historia y la gran afición de este equipo, y una vez que tenga los resultados esperados y encuentre la estabilidad y solidez, será el momento de encauzar el proyecto al modelo del Barcelona.

 
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