Vaya “tsunami” mediático y de hechos que estalló a causa de la sorprendente y dolorosa derrota de los , siendo las partes involucradas equipo, medios y afición. Analizando el contexto de los hechos, todos contribuyeron en un porcentaje para el enardecimiento de lo que aconteció.

En primer lugar, el equipo y cuerpo técnico, por crear una expectativa obligada que dictaba un triunfo prácticamente asegurado, basado en la superioridad del Monterrey comparando plantel por plantel y agregándole varias bajas de los titulares egipcios. Los del norte tuvieron un mal partido, con pocas llegadas, inoperantes, jugando muy confiados y creyendo que en cualquier momento le pasaban por encima al rival, pero se toparon con un equipo dinámico, rápido, que arriesgaba, presionaba, metió el gol y en lugar de defenderlo seguía insistiendo en aumentar la ventaja; su triunfo fue justo, aniquilando el sueño del equipo mexicano de avanzar a semifinales.

Al término del partido, se desató una cascada de críticas apocalípticas contra el rendimiento y resultado del partido, señalando a algunos jugadores y a Javier Aguirre como los responsables, criticando soezmente la ostentosa e infructuosa inversión que ha hecho la directiva en refuerzos que no han respondido. Al otrora alabado Vasco Aguirre lo convirtieron en un arribista, perdedor, con historial “vende espejos”, etc.

Haciendo un paréntesis antes de hablar de la sorprendente y espeluznante reacción de la parte radical de la afición rayada, quisiera comentar que me sorprendieron las declaraciones de Javier, al no aceptar con elegancia la derrota, reconocerla, sentirse apenado con la afición; extraño en él, cuando es un “mago” en cuestiones de dialogar y seducir en sus conferencias. Su respuesta fue irse al pasado y decir que anteriormente el equipo “no había ganado nada en este torneo”. Y para aventar un poco más de “leña al fuego” Héctor Moreno, al ser cuestionado de la tristeza y decepción de la afición, y que si podría ofrecer una disculpa, contestó que por ningún motivo ya que “sólo ofrece disculpas el que no deja todo en la cancha”, con lo cual no estoy de acuerdo, porque con un acto de humildad, sincero y el haberse disculpado, nadie hubiera desconocido o dudado del esfuerzo, pero sí debió reconocer el mal partido y empatizar con el sentimiento de la afición.

Al final, es sólo un juego en el que se gana y se pierde, pero esto vino a aumentar el enojo y la reacción totalmente irreconocible de los radicales aficionados. Hablando de éstos, han sido desproporcionadas y fuera de lugar sus muestras de enojo al dejar fotos de los directivos y de Aguirre , con pintura roja, simulando que están decapitados; no se diga las agresiones y amenazas en redes sociales.

Se salió de contexto cualquier reclamo por las vías civilmente aceptadas; como vemos, todos tuvieron una parte de responsabilidad en estos accidentados días que envolvieron a los Rayados , siendo la afición radical la de peor e injustificada respuesta ante el resultado deportivo.

Siendo una empresa modelo FEMSA s

eguramente convocará a una evaluación de los hechos, donde el área de comunicación y la deportiva tendrán que replantear e innovar su estrategia, porque para nadie es un secreto que los aficionados se han venido desconectando del equipo; basta revisar la disminución en las entradas al estadio que han ido a la baja, promediando 18 mil asistentes (aforo 51 mil) y seguramente este fracaso en el Mundial seguirá incrementando la grieta existente entre equipo y seguidores. La única manera segura, comprobada y eficaz de darle la vuelta a esta situación rápidamente es ganando, desplegando un futbol más alegre y eficiente, y para eso hay un plantel con gran potencial; su siguiente partido es nada menos que contra el Puebla, líder actual. Gran oportunidad para comenzar a resarcir la tristeza y decepción de la versión sana de la gran afición rayada.

@hginarritu

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