Ni un solo día de tranquilidad han tenido los tabasqueños durante las escasas cuatro semanas que el morenista Javier May Rodríguez lleva como gobernador.

Ejecuciones, incendio de vehículos y también de tiendas, de bares y hasta de una barbería. Intentos de quema de gasolineras. Narcobloqueos. Cadáveres tirados en la vía pública. Aparición de cabezas humanas y de narcomantas con mensajes amenazantes, dejadas en una primaria y en un jardín de niños.

Videos que incendian las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea. Más de 60 asesinatos en un mes de octubre que parece que no va a acabarse nunca.

May Rodríguez ha dicho que todo esto no es por ausencia de autoridad, “sino porque hay presencia, acción y resultados”. ¿Cómo estaría Tabasco si no los hubiera?

Mientras el gobernador promete devolver la paz, todos los infiernos arden en Tabasco. A unos días de su toma de posesión, grupos criminales en pugna incendiaron dos abarroteras, un Oxxo y una empresa dedicada a la venta de plástico. Al mismo tiempo, abandonaron ponchallantas a las afueras de Villahermosa, que dejaron varados a cientos de conductores.

Era el anuncio de la crisis de seguridad con que Tabasco recibió al nuevo gobernador.

Apenas el viernes pasado, dos hombres a bordo de una motocicleta amagaron con un arma a los empleados de una gasolinera del Grupo G500: rociaron combustible sobre una de las bombas y luego, tras varios intentos fallidos, lograron por fin arrojar sobre esta un cerillo encendido. Un segundo más habría bastado para que ocurriera una tragedia, pero uno de los trabajadores logró detener el estallido con ayuda de un extintor.

Ese día, dos gasolineras más fueron atacadas: una en Villahermosa y otra en el kilómetro 14 de la carretera Villahermosa-Frontera. Nueve homicidios sacudieron la entidad al día siguiente. Uno de los más dramáticos fue el feminicidio de Stefany Álvarez García, una estudiante de Ciencias de la Educación, de 22 años de edad, a la que hombres armados acribillaron en un gimnasio. La muchacha fue trasladada aún con vida a un hospital regional, pero no alcanzó a llegar.

El mismo día fue quemada con bombas molotov una barbería en Paraíso y se abandonó el cadáver de un hombre bajo un puente, al lado de un narcomensaje: “Así van a terminar todos los mugrosos que anden quemando carros, y anden con La Barredora, pasa a recoger tu basura, Fierro y Prada. ATT. Papá 88”.

Ese sábado, en Comalcalco, un grupo armado irrumpió en una fiesta y asesinó a tres personas. Al mismo tiempo, en la colonia Indeco de Villahermosa, fueron asesinados dentro de un domicilio tres hombres y una mujer.

El día anterior el ataque a un bar de Comalcalco había dejado dos muertos y tres heridos. Según los testigos, los agresores llegaron como clientes: cuando les tomaron la orden se pusieron de pie y comenzaron a disparar. Ejecutaron a un mesero que quedó a un lado de la barra, y también al guardia de seguridad.

En 48 horas fueron incendiadas ocho tiendas y ocho autos.

El 23 de octubre, el Híbrido, un antro de la colonia Guayabal de Villahermosa fue completamente calcinado. Testigos dijeron que un grupo de hombres había rociado gasolina en la pared trasera.

A su llegada al estado, May Rodríguez ratificó al brigadier Víctor Hugo Chávez Martínez al frente de la secretaría de seguridad pública estatal. A través de un video, supuestos policías estatales encapuchados acusaron al militar de corrupción y abusos, y exigieron al gobernador que lo destituyera. Media docena de narcomantas abandonadas en Villahermosa señalaron al mismo funcionario de brindar protección al Cártel Jalisco Nueva Generación:

“La paz está en sus manos, cambie a ese mugroso”, se leía en una de ellas. “Comienza la guerra contra ustedes, no quieren paz en el estado, pues sobres”.

En diciembre pasado, el grupo criminal conocido como La Barredora se fracturó. Surgieron tres facciones, algunas de los cuales entraron en alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación y dieron origen al llamado Cártel Tabasco Nueva Generación. Se disputan el huachicol y el tráfico de drogas y de personas, así como la extorsión a comercios. Solo en la primera mitad de 2024 el delito creció 72% en relación con el año anterior. Más de 600 homicidios se registraron hasta el mes de septiembre.

Mientras la crisis de seguridad llega a niveles sin precedente, y el estado se hunde en la zozobra y el miedo, a sus habitantes se les pide que tengan confianza porque “la estrategia va a funcionar”.

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