Los vecinos llevaban meses soportando la fetidez que salía de un predio abandonado en la colonia La Primavera, en Zapopan, Jalisco. Se trata de una zona de baja densidad poblacional, en la que con frecuencia es posible ver animales pastando. Así que los vecinos creyeron que el olor podía proceder de una vaca muerta. Siempre había nubes de gruesas moscas, que revoloteaban alrededor de un pozo.
En aquel pozo estaba la mayor fosa clandestina hallada hasta el día de hoy en el estado de Jalisco.
Personal forense comenzó a cavar. Aparecieron bolsas de plástico que contenían restos humanos cuidadosamente seccionados. Manos, pies, cabezas. Todo en el más macabro desorden.
Lo peor de todo es que aquello no tenía fin. Para seguir avanzando, fue necesario llevar al predio una de esas retroexcavadoras conocidas como “mano de chango”, que practicó una ranura lateral de más de 20 metros de profundidad, y permitió a los peritos el rescate de 119 bolsas.
En estas había 16 cuerpos completos y 13 incompletos.
Los encargados de la investigación creen que al “armar” las diversas secciones anatómicas encontradas, el número de cadáveres podría llegar a 40.
En gran parte de los restos existían aún tejidos blandos adheridos al hueso. Fue posible identificar tatuajes, y en algunos casos, rasgos fisonómicos. Había ropa y zapatos en las bolsas.
Al momento de escribir estas líneas las autoridades estatales habían logrado la identificación plena de cuatro de las víctimas: tres hombres y una mujer.
El primero fue reportado desaparecido el 1 de agosto de 2019. Un grupo armado lo extrajo de una colonia de Zapopan. El número dos desapareció el mismo día, en otro punto de ese municipio. Sus familiares reportaron que “salió y no regresó”. Tenía antecedentes penales.
La desaparición de la tercera víctima fue reportada el pasado 16 de agosto. “Salió temprano y no regresó”, se asienta en la carpeta. El hombre tenía antecedentes penales desde 2010.
La mujer tuvo contacto con sus familiares por última vez el 11 de julio. No hubo reporte de desaparición: al parecer, no la veían con frecuencia. Fue identificada por sus tatuajes.
La fosa de La Primavera parece encerrar una historia de horror que se desató en el último mes y medio. En ese lapso, alguien estuvo llevando las bolsas, y su contenido sanguinolento, a la boca del pozo. Según El Informador, alguien vio a una persona entrar al predio abandonado con una bolsa de plástico negro, y más tarde la vio salir con las manos vacías. Es todo lo que hay.
Las prendas de vestir, el calzado, la forma de tatuajes son confrontados con la información vertida en carpetas abiertas por desaparición. De ese modo se empezará a aclarar una parte de la historia.
Hace apenas seis meses, el 14 de marzo, un reporte indicó a la policía del estado que en un canal de aguas negras de Ixtlahuacán de los Membrillos flotaban varias bolsas con restos humanos. Aquella vez, la policía rescató los cadáveres despedazados de 20 personas: 19 hombres y una mujer.
El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses determinó que algunos habían muerto por estrangulamiento, otros por arma de fuego, y, otros más por heridas causadas con un objeto contundente. Los autores de esa carnicería llevaban 21 días tirando las bolsas en el canal. La última la habían arrojado dos días antes del hallazgo.
Una de las víctimas fue identificada por una credencial: era un hombre oriundo de Sinaloa, y tenía antecedentes penales. Cinco víctimas más fueron identificadas por sus tatuajes, sus huellas dactilares, y por pruebas de ADN.
Jalisco es una fosa. El 31 de agosto aparecieron 17 bolsas en Tlajomulco de Zúñiga. El 10 de agosto habían encontrado cinco bultos con restos humanos en una finca abandonada del mismo municipio. En mayo, la detención de tres personas reveló la existencia de una fosa más en Lomas del Mirador. Había tres cráneos y dos cuerpos. En abril, el Ejército localizó una finca en Santa Cruz del Valle. En el patio había palas, picos y tierra removida. Hallaron dos cadáveres.
Hasta el mes de agosto, la fiscalía de Jalisco había localizado 27 fosas con 123 cuerpos. El saldo de las pugnas del Cártel Jalisco. El legado del narcotráfico en un estado que el crimen organizado erigió en bastión.
Otra historia de locura en la que no hay responsables. Una historia más en el país de las fosas.
demauleon@hotmail.com