Motolinía y 5 de Mayo, una de las esquinas más emblemáticas y transitadas del Centro Histórico. A una cuadra de Palacio Nacional, y a solo unas calles del edificio del gobierno capitalino.

La lideresa del comercio ambulante, en cuya organización se aglutinan unas 5 mil familias y representa a vendedores de San Cosme, Zona Rosa y varias calles del centro, Diana Sánchez Barrios, salía del edificio legislativo ubicado en Donceles.

La acompañaba su brazo derecho. De pronto, ahí, entre cientos de transeúntes que a esa hora poblaban la calle, un sicario con capucha se le acercó por la espalda. A Sánchez Barrios acababa de abordarla un vendedor de la zona. Se trató de un encuentro fatal.

El sicario disparó primero contra los dos hombres. Sánchez Barrios intentó refugiarse en un local donde venden productos médicos. El asesino fue tras ella y abrió fuego. Dos tiros en la quijada, uno más en la mano, otro que le atravesó el pulmón.

Un video lo muestra echando a correr al punto en donde lo espera una cómplice a bordo de una motocicleta, la cual luego fue abandonada en el rumbo de Balbuena.

En 2021 la lideresa, diputada suplente y activista trans fue amenazada de muerte. Un pitazo recibido por sus familiares informó que iban a matarla a ella y a uno de sus hermanos. Un familiar que le disputa el control del ambulantaje la acusó de hostigamiento, amenazas, invasión de inmuebles y cobro de piso a varios agremiados. Los meses que Sánchez Barrios pasó en prisión, con las cuentas congeladas por presuntas operaciones irregulares, fueron vistos por su familia como una bendición.

Una lucha sorda por el control de las calles ha desatado, desde hace años, una serie de asesinatos en el Centro Histórico. Policías de la fiscalía capitalina y de la Secretaría de Seguridad Pública están vinculados en la venta de protección a las células del grupo criminal predominante: la Unión Tepito. El gobierno de Claudia Sheinbaum fue incapaz de detener el reguero de sangre. Un Centro tomado por la delincuencia es la herencia que Sheinbaum dejó a la nueva jefa de gobierno, Clara Brugada.

Los líderes del ambulantaje fueron asesinados siempre del mismo modo: a través de la acción de motosicarios que después de accionar sus armas se perdieron de vista en el hormiguero humano que es el Centro. Mataron a Óscar Liebre, a Raymundo Pérez, a Armando Becerril, a Miguel Ángel Lemus, a Miguel Ángel Galán y a Jaime Vázquez Mendoza.

Tras estas muertes la Unión Tepito se apoderó de las organizaciones de comercio ambulante y comenzó a cobrar cuotas por metro cuadrado de banqueta. Se ha denunciado en este espacio desde hace varios años: las células de la Unión Tepito controlan kilómetros enteros del Centro. Los 11 líderes de ambulantes que siguen activos le pagan cuotas de hasta 120 mil pesos mensuales.

Los vendedores que se agremiaron con los líderes asesinados son ahora propiedad de los criminales. La Unión Tepito se apodera de calles y edificios que luego son convertidos en plazas o que luego son vendidas a comerciantes chinos que se han apoderado del centro.

Hace cuatro años relaté que Peña y Peña, Rodríguez Puebla, Colombia, Argentina, Brasil, Donceles, Comonfort, El Carmen, Eje 1 Norte, Circunvalación, Manuel Doblado y José Joaquín de Herrera son algunas de las calles controladas por criminales. Todo se hace a la luz del día y a la vista de todos. Hace meses, a una calle de Palacio Nacional, expulsaron de la calle de Guatemala las cámaras de El Foco, el programa que conduzco en ADN40. Poco antes pudimos constatar el control que la delincuencia ejerce sobre los ambulantes de Eje Central.

Quienes se han atrevido a denunciar ante las autoridades poco después han sido asesinados. A fines de septiembre pasado, Julieta “N”, pareja de uno de los jefes de la Unión, fue asesinada por motosicarios a las puertas de un centro comercial. Manejaba un equipo encargado de cobrar cuotas a ambulantes y comerciantes de Peralvillo, Florida, Tenochtilán, Matamoros, Bartolomé de las Casas y Jesús Carranza, entre otras calles. Operaba desde el deportivo Kid Azteca y cada tarde recibía en ese sitio el dinero de las cuotas.  La emboscaron en Henry Ford y Norte 54. Fue igual que en los otros casos: dos sujetos a bordo de una motocicleta la acribillaron al estilo de la mafia.

Uno de los cuarteles de la Unión se encuentra en Paraguay 62. Aunque muchos de los líderes de este grupo criminal se encuentran presos, otros jefes —señalan a dos, conocidos como El Elvis y El Irving— continúan operando bajo la protección de autoridades capitalinas.

Hoy se habla de células de la Unión que funcionan de manera independiente, y del repunte que han tenido en los últimos meses los enemigos de este grupo criminal, agrupados en la llamada Fuerza Anti Unión. La alcaldía dispone solamente de 180 policías por turno, provistos de un armamento básico: un arma corta.

Claudia Sheinbaum tropezó de frente con el país que le fue legado por su antecesor. La nueva jefa de gobierno, Clara Brugada, tropieza hoy con la ciudad que Sheinbaum y Batres le dejaron, en la que cada centímetro del Centro Histórico posee un dueño, y en la que el gobierno no tiene control a solo una calle del Zócalo.

La realidad de la ciudad afloró este jueves en Motolinía y 5 de Mayo.

No se va a arreglar con policías enviados a vigilar la esquina. Hablen con los comerciantes del Centro, si es que alguno todavía se atreve a hablar después de lo que pasó.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.