A las nueve de la noche de ayer, según el PREP, Movimiento Ciudadano, el partido que dirige Dante Delgado , había obtenido el 7.4% de los votos en Aguascalientes, en donde Tere Jiménez , de la alianza PAN-PRI-PRD se llevó 52.6% de los votos contra 34.17% que obtuvo Nora Ruvalcaba.

En Durango, el partido naranja obtuvo solamente 4.7% de las preferencias. En ese estado, la alianza conquistó en cambio 58.1% de los votos, mientras la coalición encabezada por Morena se llevó 37.2%.

En Hidalgo, la votación de MC cayó a 3.2% frente a los votos obtenidos por Morena-PT (58%), y PAN-PRI-PRD, (36.9%).

En Oaxaca, el partido de Delgado alcanzó 3.8% de los votos. Ahí arrasó el morenista Salomón Jara con más de 60%, frente al 23.8% que obtuvo el candidato del PRI y alrededor del 4% que se llevó el del PAN.

En Quintana Roo, Movimiento Ciudadano alcanzó su votación más alta durante la jornada: el 16% de las preferencias.

Pero en aquella entidad, Mara Lezama , de Morena-PVEM-PT, se llevó 48.2% de los votos, contra el 24.1% obtenido por el PAN-PRD-CQ, y el 3.9% con que se vio favorecido el PRI.

Por último, en Tamaulipas, MC cerró la votación con 3.6% de las preferencias. Fue el único estado en el que su voto pudo haber sido decisivo o cerrado incluso más la elección.

Se diría que Movimiento Ciudadano jugó un papel meramente testimonial en las elecciones que se llevaron a cabo en esos estados este domingo. No fue el fiel de la balanza que muchos analistas veían en este instituto político.

Se entiende sin embargo que es el partido que más ha crecido en los últimos años y que en unas elecciones más complejas y con mayor participación ciudadana, como serán las presidenciales de 2024, podría desempeñar un rol crucial.

Al margen del triunfo de uno u otro partido, las elecciones de ayer dejaron claro que las coaliciones resultan exitosas, que los partidos que se unieron alcanzaron rangos mayores de votación que los que decidieron marchar solos.

Dante Delgado sabe que tiene cuatro caminos de cara a las próximas elecciones presidenciales.

El primero es seguir construyendo una opción política ajena a la de los viejos partidos tradicionales: marchar solo en 2023, marchar solo en 2024 y apostar a que sus cuadros más relevantes —Colosio, el más visible— adquieran un peso y una madurez que hoy no tienen, en los comicios de 2030.

Hay un segundo camino, un segundo cálculo, que Delgado ha esbozado entre algunos de sus cercanos: aliarse con Morena en 2024, en caso de que el actual canciller Marcelo Ebrard —candidato de Movimiento Ciudadano en 2006— sea el gran elegido del presidente.

Delgado ha vislumbrado que MC muy pronto puede convertirse en la segunda fuerza política de México. Con ese capital, sumado al de Morena, —según cree el dirigente—, la candidatura de Ebrard sería prácticamente invencible.

La tercera vía es que Ebrard no resulte el candidato oficial.

En esa ruta, la apuesta de Delgado sería dividir a Morena. Ofrecer al canciller la candidatura presidencial y crear, con un político conocido y experimentado, que en los últimos años ha sido el gran apagafuegos de la administración de López Obrador , el contrapeso político que, desde la izquierda, pueda vencer, incluso enterrar el lopezobradorismo .

La última carta en la baraja de Dante Delgado consiste en llevar a MC a la alianza opositora integrada por el PAN, el PRI y el PRD, que a pesar de todos sus descalabros logró reunir en 2021 un mayor número de votos que el partido oficial. La condición de Delgado sería que se le deje elegir al candidato presidencial de la coalición.

Estas son las cartas que hoy tiene en las manos Dante Delgado. El dirigente tiene tiempo y margen de maniobra. Tiene también una lección: las coaliciones dan votos.

Eso se demostró ayer en Aguascalientes, Durango, Tamaulipas, Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca.

para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, planes para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.