Hay un éxodo en Cárdenas, San Luis Potosí. Familias completas se van del municipio, ahogadas por la extorsión, las amenazas, los secuestros, el asedio: la impunidad que despliega el crimen organizado.

En marzo de este año un grupo de desconocidos abandonó cinco cadáveres frente al Palacio Municipal de Cárdenas. El alcalde del Verde Ecologista, Jorge Omar Muñoz Martínez, conocido como El Melones, había pedido licencia para meterse en la contienda electoral y operar la campaña de un candidato afín. El hallazgo de aquellos cinco cuerpos hizo que el gobernador del estado le quitara el respaldo. Tal vez el mensaje había quedado claro.

Finalmente, en Cárdenas ganó el PT. Pero la campaña de Edgar Miguel Hernández, El Conta, fue aprobada y favorecida por la célula del Cártel Jalisco Nuevo Generación que opera en la región. Reportes de inteligencia indican que quien fue coordinador de campaña de El Conta es suegro del jefe de plaza de ese grupo criminal en la zona media del estado.

En 2020 fuerzas federales detuvieron a una mujer en Cárdenas. Llevaba consigo una manta firmada por el Cártel del Golfo, la cual contenía amenazas en contra de un sujeto llamado Héctor Ávalos, al que la Sedena ubicó más tarde como líder del CJNG en Cárdenas, Rayón, Tamasopo, Rioverde y Alaquines, entre otros municipios.

Según los reportes, Ávalos fue cercano a quien pronto sería alcalde del Verde, Jorge Omar Muñoz, El Melones. En junio de 2020, sin embargo, fue detenido con droga en el municipio de Rayón.

Durante el tiempo que pasó en la cárcel fue o se sintió traicionado por su antiguo aliado. De acuerdo con las fuentes de inteligencia consultadas, es probable que Ávalos haya dejado los cuerpos frente la alcaldía de Cárdenas, como una forma de avisar que estaba de vuelta e iba a cobrárselas.

A dicho personaje se atribuye la ola de asesinatos, secuestros, extorsiones y desapariciones que han llevado al éxodo a numerosas familias de Cárdenas, San Luis Potosí. Desde su salida de prisión comenzó la peor racha de violencia que se ha vivido en la región.

En la manta que llevaba la mujer detenida en 2020 aparecían mencionados otros dos individuos: un tal Comandante Lucifer y un hombre apodado La Loba.

En un reporte de la Sedena el Comandante Lucifer es identificado como Eduardo de Jesús Muñoz Brambila; La Loba, como Víctor Manuel Reyes de León, detenido con droga (cocaína, cristal y mariguana) en 2020 en Tamasopo.

El reporte informa que la célula del Cártel Jalisco que opera en la zona media cuenta con la protección del alcalde de Cárdenas, El Melones, y con la colaboración de dos individuos que fueron militares: Pablo Ramón Palomino Rojas, del 40 Batallón de Infantería, y Jesús Ortega Coronado, quien desertó de la Guardia Nacional en septiembre de 2020.

En toda la región los secuestros se cometen a la luz del día. El video de un secuestro en una calle céntrica, cometido por hombres con gorras y cubrebocas, se viralizó hace dos años. En 2023, una balacera en el jardín principal de Cárdenas, a unos metros del Palacio Municipal, desató el terror de la población. La Cruz Roja canceló sus servicios en ese municipio. Desde las ocho de la noche, las calles quedan desiertas: son frecuentes los enfrentamientos entre grupos criminales: el Cártel Jalisco, el Cártel del Golfo, el Cártel San Luis Potosí Nueva Generación, el Cártel Unido de la Huasteca e incluso la Familia Michoacana.

En un fin de semana desaparecieron 15 personas en Cárdenas, Rayón y Alaquines. Apenas en abril, elementos de la Guardia Civil rescataron a 46 migrantes que se hallaban encerrados en un inmueble de Rioverde: un menor de edad había informado a los agentes que varias personas estaban privadas de la libertad en una bodega: las autoridades encontraron ahí a hondureños, salvadoreños y guatemaltecos

A principios de este mes, los cadáveres de tres personas aparecieron con visibles huellas de tortura, y maniatados, en la plaza principal de Rioverde, dentro de una camioneta. Apenas el 12 de junio, sujetos armados se llevaron a tres jóvenes que dormían en sus casas.

Los pobladores realizan marchas y protestas exigiendo paz y seguridad. En Cárdenas, el barrio Brownsville comienza a quedarse sin familias, según ha reportado el diario Quadratín SLP.

Asesinatos, secuestros, ataques a domicilios, patrullas y comandancias, forman parte de la vida cotidiana en la zona media de San Luis Potosí. El avance de las organizaciones criminales y su captura de la vida cotidiana han vuelto un infierno la vida de cientos de miles de potosinos. Desde los gobiernos federal y estatal la crisis de violencia e inseguridad, sin embargo, se ha negado.

Es la crisis que su antecesor legará al gobierno de Claudia Sheinbaum: un cartucho de dinamita, hecho de contubernios con la política local, que más temprano que tarde terminará por estallarle en las manos.

Ojalá que, en lugar de negar la realidad, como ha ocurrido estos seis años, el gobierno entrante comprenda que, para ser viable, es imprescindible enfrentar, y corregir.

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