El fin de semana pasado se filtró el contenido de un documento presuntamente elaborado por áreas de inteligencia del gobierno federal: la información indicaba que a solo unas semanas de la caída de José Antonio Yepez Ortiz, El Marro, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima , sus rivales del Cártel Jalisco Nueva Generación, CJNG , habían nombrado a 15 nuevos jefes de plaza en el estado de Guanajuato.
Según la información, entre estos jefes figuran dos mujeres —una como encargada de León, la otra como encargada de Irapuato—, las cuales estarán apoyadas por el Grupo Élite que hizo su debut estelar en un video subido a redes sociales hace unos días, con gran alarde de armamento pesado, equipos tácticos, vehículos blindados y gritos de “ ¡puro señor Mencho!”.
La intención del Cártel Jalisco sería armar un corredor entre los municipios de León, Silao, Guanajuato, Irapuato, Salamanca, Cortázar, Celaya, Apaseo el Grande y Apaseo el Alto. Es decir, tomar por completo lo que un día estuvo bajo el domino del Marro y el Cártel de Santa Rosa, y que hoy ha quedado vacío desde el día de su detención: robo de hidrocarburos, venta de droga, cobro de piso, secuestro, extorsión, robo al transporte de carga.
Según la filtración, el cártel de Nemesio Oceguera Cervantes habría tejido una alianza con dos poderosos grupos locales, con un amplio número de sicarios y narcomenudistas a su servicio: la Unión de Leó n y Los Durangos .
La Unión de León es un grupo formado por varias células delictivas locales, entre ellos hay algunas formadas por viejos Zetas que alguna vez controlaron las actividades criminales de la región, que lo mismo operan el robo de carga que la venta de droga en antros y bares, los puntos de venta de droga en distintas colonias y la clonación de tarjetas .
Hace unos años, en un video de cuatro de minutos, un hombre con una máscara de luchador de color verde, y una camiseta con el escudo de León, el cual empuñaba una AK-47, hizo la siguiente exposición de motivos: “Somos un equipo, no somos un cártel, somos gente que vivimos y nacimos en León y que queremos lo mejor para esta ciudad. Vendemos nuestra droga a gente que la consume, no hacemos mal a ningún inocente, solo a los que afectan a nuestra sociedad, secuestradores, extorsionadores, violadores y asaltantes”.
La Unión estuvo aliada con El Marro e incluso le declaró la guerra al Cártel Jalisco. Durante varios años (2014-2018) dicha guerra dejó ejecuciones, narcomantas , descabezamientos . “Gente de León, no estamos en contra de la ley, mucho menos de gente inocente. Vamos a acabar con esos judas que traicionaron a su ciudad. Ya nos artamos (sic) de robos, extorciones (sic) al mismo pueblo. Los tenemos ubicados bola de lacras”, escribió la Unión en 2017 en un narcomensaje dirigido al Cártel Jalisco. Este último grupo respondió anunciando, en 2018, una inminente “limpia”.
Hace una década, la Unión vendía en Guanajuato la droga que le surtía el Cártel de Sinaloa a través de Ignacio Coronel . De hecho, todavía hoy opera en León un grupo conocido como Los Ántrax —el brazo armado de Coronel.
Los Durangos, con mercancía traída de este estado, controlan otra parte de la venta de drogas en municipios guanajuatenses. Su segunda especialidad es el robo de autos. Su presencia en la entidad data de al menos 15 años. El líder del grupo es Antonio Javier Pérez García . Debajo de este se encuentran los hermanos Erick, Raúl Noé Ayón Avilés.
Salvo en el caso de Francisco Javier Muñoz, El Charro , de quien se sabe que ya no opera en el estado, la información —supuestamente obtenida por la Marina, la Sedena y el Centro Nacional de Inteligencia, a través de llamadas y mensajes interceptados— corresponde a la realidad, según fuentes de seguridad consultadas por el columnista: todos los mencionados en el documento —Juan Gonzalo Serrano Paredes, Fernando Gavilán Ramírez, Fabiola Mata Alfaro, Mario Israel Ciénega Rocha, Rafael Castro Pérez, Ricardo Iván López Álvarez, Josefina Yosany Ramírez, Marcos Ramírez Chávez, Hugo Silva Camarillo, Gabriel Cerda Guillén, Emilio Rosas Martínez, Conrado Alonso Landín, Antonio Zúñiga García, Leonardo Navarro Escutia— forman, efectivamente, parte de estos grupos criminales. Todos han formado parte de un acuerdo.
No son buenas noticias para un estado que el Cártel de Santa Rosa castigó de manera inclemente. El Marro tiene sustituto. La pesadilla sigue con vida en Guanajuato.