Había subido un mensaje a su muro de Facebook: “Aquí estamos comiendo, conviviendo, unos tamalitos que me invitaron”.
Una hora más tarde lo acuchillaron en una calle de la colonia Azucarera, en el municipio de El Mante, Tamaulipas.
El candidato panista Noé Ramos Ferretiz arrancaba su quinto día de campaña. A principios de marzo había renunciado a su cargo como presidente municipal para buscar la reelección. Ese mismo mes, Eliud Guadalupe “M”, un vecino de ese municipio, subía un inquietante video a TikTok:
“Quiero decirles que pues yo no me he rendido, la palabra aquí la sigo guardando, el mensaje que me entregaron aquí está, ahora que empiece a hablar no le voy a cambiar nada, así como me lo entregaron así lo expresaré, solo les pido que me dejen llegar lejos, que me ayuden a hacer justicia, pero antes tengo asuntos pendientes, unos ajustes de cuentas que tengo que… tengo que hacer justicia, quiero decirles que a la cárcel ya no voy a caer, la próxima que visitaré será la muerte, pero aun así me llevaré muchos cabrones.
“Cuando estuve encerrado en el penal hace seis meses, por asesinato, por cerrar el trato, cerrar la alianza, el pacto, con ustedes, querían sangre, la tuvieron; aun así, en mis oraciones cuando estaba adentro preso, yo sabía que las estaban oyendo mis oraciones, yo les decía que si algún día yo llegara a salir, iba a seguir asesinando gente y gracias a Dios aquí sigo, porque vengo a hacer justicia…”.
Anunció más adelante:
“No sé cuántos mensajes hayan entregado por medio de la palabra, pero pues yo fui uno de ellos, quiero saber más, yo sigo en ello, contra quien ustedes me pongan a pelear yo sé que es alguien muy difícil de vencer, pero yo sé que el Padre todo lo puede. Ayúdenme, no me dejen solo, déjenme llegar lejos, hacer justicia en el nombre de Jesús”.
Según las autoridades, dos semanas más tarde Eliud corría por las calles de El Mante, entre los gritos de terror de la gente, con un puñal que había obtenido en una carnicería. Se había acercado al candidato con el pretexto de pedirle una foto. Lo dejó envuelto en un charco de sangre. Escoltas contratados por Ramos de manera privada intentaron darle alcance, sin conseguirlo.
El asesino del candidato expresó en repetidos videos su odio a los políticos, y en especial al presidente de México: “Lo mío es contra el Peje, porque pues es él o soy yo. Esta es una guerra espiritual, yo sé que me están viendo de arriba y me están prestando su energía, tanto buena como mala, pero pues este político no se quiere ir, se está aferrando a la vida y yo también me tengo que aferrar por la vida de mis hijos”.
En un mensaje dirigido directamente a Andrés Manuel López Obrador advirtió: “Lo que yo desaté aquí en la tierra lo mantendrá desatado el cielo… Yo fui el elegido, el enviado del Padre, el que envió a hacer justicia aquí en la tierra”.
La fiscalía de Tamaulipas sostuvo ayer que logró ubicarlo gracias a imágenes de seguridad proporcionadas por vecinos, así como por un retrato hablado.
El vocero del gobierno estatal, Jorge Cuéllar, aseguró que el candidato asesinado no había recibido ningún tipo de amenaza, y dijo que hasta el momento solo tres candidatos habían solicitado protección en el estado. En 2022 Noé Ramos había exigido seguridad al gobierno de Américo Villarreal y denunció que había recibido diversas amenazas de muerte. Se le respondió que el gobierno no contaba con las camionetas blindadas que Ramos exigía para él y para su esposa.
El candidato volvió a pedir protección en diciembre de 2023, según aseguró en una rueda de prensa. En marzo de este año denunció una violenta campaña de ataques a través de trolles y bots.
En cartulinas presuntamente firmadas por el Cártel del Noreste, Ramos fue acusado, al lado del exlíder estatal del PAN, César El Truko Verástegui, y del exdelegado de la policía estatal Alfredo Escobedo Marín, “Alfa”, de haber recibido diez millones de pesos de este cártel a cambio de entregarles “la plaza” y “para quitarles a sus rivales” del Cártel del Golfo.
En 2021, en un video subido a redes por el crimen organizado, un hombre acusó que Ramos le pagaba 10 mil pesos a la semana para “matar a toda la gente que le estorba en la política”.
Años antes se viralizó una supuesta conversación telefónica entre El Truko Verástegui y Noé Ramos. El primero le pedía a Ramos que hablara con un jefe de los Zetas, conocido como Pancho Carreón, a fin de que no “levantaran” al panista Samuel Castro Morales.
De acuerdo con el audio, Ramos aseguró: “No hay bronca, que nomás quieren echar una platicada con él”. Prometió hablar con alguien para resolver el problema y le recomendó al Truko que platicara con Castro para decirle: “Pero bájale de huevos ya, güey”.
El asesinato cometido por Eliud Guadalupe “M” no solo agita aún más el torbellino de una elección en la que ya 30 candidatos han perdido la vida: sacude también el pantano de una entidad corroída tal vez como nunca antes por las redes del crimen organizado.
¿Qué sucedió realmente en El Mante?