En días pasados, el Obse CA) manifestó su gran preocupación por la decisión de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) de otorgar nuevamente una prórroga a Petróleos Mexicanos (Pemex) para cumplir con la Norma Oficial Mexicana NOM-016-CRE-2016, referente a la calidad de los combustibles. Esto ha retrasado por catorce años la posibilidad de que el país cuente finalmente con los combustibles limpios que contribuyan a garantizar el derecho de las personas a respirar aire limpio y a contar con un medio ambiente sano, y de que además se pueda avanzar de manera efectiva y en tiempo y forma en el cumplimiento de sus compromisos climáticos, tanto en el contexto nacional como a nivel internacional.
El antecedente de esta norma es la NOM-086-SEMARNAT-SENER-SCFI-2005, la cual estipulaba que para el año 2009 se alcanzaría la totalidad del territorio nacional con distribución de Diésel Ultra Bajo Azufre (DUBA), el cual contiene 15 partes por millón (ppm) de azufre, en comparación con el diésel regular, que contiene aproximadamente 500 ppm. El 1º de julio de 2018, la nueva NOM 016 estableció que sería a partir de esa fecha cuando el contenido máximo de azufre en este petrolífero sería de 15 ppm en el resto del país.
Posteriormente, la NOM-016-CRE-2016 “Especificaciones de calidad de los petrolíferos”, en el apartado “Especificaciones del Diésel”, movió la fecha para el año 2020. Sin embargo, Pemex Transformación Industrial (Pemex TRI) interpuso recursos legales para evitar dar cumplimiento a la resolución y la CRE otorgó una prórroga de cinco años. La modificación más reciente ocurrió el pasado 14 de septiembre cuando, en sesión extraordinaria del órgano de gobierno de la CRE, los comisionados aprobaron por unanimidad una resolución que amplía el plazo para que Pemex TRI comience a producir, distribuir y vender el DUBA en el resto del país a partir de 2025, esto es, cinco años después de la fecha prevista originalmente.
La decisión de postergar la producción y distribución de diésel limpio se debe a que Pemex, irresponsablemente, no ha realizado las inversiones necesarias en infraestructura que permitan refinar el combustible. Esto ha sido utilizado como el argumento principal de los fabricantes de vehículos pesados y por la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) para retrasar el calendario de la norma NOM-044 que los obligaba a comercializar vehículos pesados exclusivamente bajo los estándares EURO VI o EPA 2010. Debido a la interferencia de esta industria y el retraso de PEMEX, la transición tecnológica a mejores estándares de control de emisiones para reducir el impacto en la calidad del aire y el cambio climático ha sido postergada hasta el año 2025.
Todo lo anterior, implica que se seguirá afectando directamente la salud de las personas e incentiva la crisis climática, puesto que las y los mexicanos seguimos respirando emisiones con alto contenido de azufre y material particulado, del cual forma parte el carbono negro, un contaminante climático de vida corta con un alto potencial de calentamiento. Existe evidencia clara de la relación que hay entre respirar las emisiones derivadas de combustibles sucios y el incremento de enfermedades respiratorias, exacerbación de casos de asma, disfunción pulmonar e incluso cáncer de pulmón. De acuerdo con el “Health Effects Institute”, en México la contaminación del aire exterior provocó más de 36 mil muertes por partículas suspendidas PM2.5 y más de 2,400 por ozono en el año 2020.
Las organizaciones que integran el OCCA han demandado que para remediar la situación expuesta, Pemex se enfoque en realizar una distribución estratégica del diésel UBA que se importa, así como el llevar a cabo el etiquetado de estaciones, bombas y vehículos a fin de que sea posible la entrada en vigor del Euro VI en nuestro país. ¿Habrá la voluntad política para hacerlo y en consecuencia mejorar la salud y la calidad de vida de las personas?