El pasado 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, es la fecha más importante en el calendario oficial de las Naciones Unidas para fomentar la acción y la conciencia ambiental. El cambio climático, la evidente contaminación del agua y el aire, la pérdida de suelo, la disminución y el tráfico ilegal de las especies de fauna y flora, la deforestación, el mal manejo de residuos peligrosos, la sobrepesca y la contaminación de aguas marinas, entre otros muchos problemas ambientales, hacen más que evidente la urgencia de abordar los temas ambientales de manera prioritaria y como de seguridad nacional.
La pandemia causada por el nuevo coronavirus (Covid-19) nos recuerda lo vital que es tener una relación armónica con la naturaleza. La pandemia es una llamada de atención que la naturaleza nos hace por su considerable deterioro y afectación. Los incendios este año en México son una alerta roja que nos recuerda la gravedad de la situación y cuya atención no puede posponerse más. Desgraciada e incomprensiblemente, la agenda ambiental en nuestro país, en vez de mejorarse y fortalecerse, ha sido abandonada. Un ejemplo ilustra lo anterior. En los últimos siete años el sector ambiental ha perdido el 59.5% de su presupuesto. En el año 2013, dicho sector contaba con un presupuesto superior a los 70 mil millones de pesos. Hoy en día, cuentan con alrededor de 30 mil millones de pesos.
Durante su campaña en busca de la Presidencia de la República, la postura ambiental del presidente AMLO resaltaba la importancia del sector ambiental y de cómo éste había sufrido por visiones extractivistas y que sólo enriquecían a unos cuantos. Esto se puede leer en la “Agenda de Medio Ambiente 2018-2024", en la que dice: “México es un país megadiverso que alberga una enorme riqueza biocultural que nos permite pensar que es factible generar riqueza sin acabar con la naturaleza y, además, distribuirla con equidad y justicia al mismo tiempo que revertimos los impactos adversos del actual modelo corrupto y depredador de nuestro medio ambiente”.
AMLO reconocía la precaria situación en la que se había dejado a las instituciones ambientales por los recortes presupuestales, y se comprometió a garantizar los recursos necesarios para que éstas pudieran operar adecuadamente y cumplir con sus mandatos. Incluso, respecto a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), asumió el compromiso de “contratar personal permanente capacitado y dotarlo con el equipamiento institucional para un eficaz desempeño de sus funciones”.
Sin embargo, en lo que va de la presente administración, hemos presenciado lo contrario:
Recortes presupuestales en las instituciones de medio ambiente, que ya venían debilitadas por sexenios pasados. Esto pudiera agudizar aún más la crisis de justicia ambiental que viene padeciendo el país. El objetivo, pareciera ser el debilitamiento de las instituciones del sector medio ambiente y recursos naturales. Hoy, hay mayor presupuesto y atención a proyectos que apuestan a una economía basada en carbono (refinerías y carboeléctricas), sin aprovechar los grandes atributos territoriales que tiene México para la diversificación económica baja en emisiones.
Preocupan proyectos sociales asistencialistas, presentados como proyectos “ambientales”, que dispersan recursos sin una visión de desarrollo sustentable como es el caso de “Sembrando Vida”, programa icónico de AMLO, del cual cada vez se demuestra más la deforestación que está provocando. Igualmente, hay una imperiosa necesidad de que en México se cumpla cabalmente con la legislación ambiental aplicable, y así evitar la impunidad de quienes atentan en contra de la naturaleza, lo cual hoy en día está en alto riesgo ante el brutal recorte presupuestal ya mencionado.
Por todo lo anteriormente expresado, ¿Hay algo que celebrar? Sin naturaleza sana, no hay nación sana. El gobierno federal debe de cumplir con sus promesas de campaña y asumir su responsabilidad para asegurar un medio ambiente sano para todos. Lo que está en juego es el medio ambiente y los recursos naturales, la vida, la salud y calidad de vida de las personas. ¿Hay algo más importante que esto?
Director Ejecutivo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).