Aún deslumbrado por la hondura y sabiduría de la “Guía Ética para la transformación de México” el Pueblo Unido necesita ahora de una “Guía Política” que conduzca a una verdadera democracia en la que obedecer a la “Guía Ética” será obligatorio.
Ya existe. Se titula “Democracia y transformación social. Un ensayo de sociología jurídica” y la escribió el guerrerense Pablo Sandoval Ramírez. Una guía que sostiene que “la forma más alta de la democracia es la dictadura revolucionaria del proletariado”, la que hay que lograr en México para que las tres transformaciones previas (independencia, reforma y revolución) lleguen a la cuarta.
La fórmula es sencilla: para “aplastar la resistencia de las clases explotadoras” se instaura una dictadura “abierta e intransigente” del proletariado. Lo primero es aplicar “con sentido revolucionario los derechos democráticos” que consagra la Constitución, en especial su artículo 39, que dispone que “el pueblo modifique la forma de gobierno” con su “voluntad soberana”, que es la mera mera. Ya aplicado el 39 “con sentido revolucionario”, el pueblo se ordena de inmediato convertir los demás artículos “en instrumentos del cambio histórico”.
Ya arrebatada la Constitución a “la parte más chovinista y reaccionaria de la oligarquía” se ordena “la participación de las masas en la gestión gubernamental” para así “liquidar el viejo cascarón del aparato estatal sustentado en el mito de la división de poderes”. Acto seguido, el proletariado se constituye en poder legislativo y ejecutivo para no caer “en la ficción de la democracia liberal burguesa”.
Después ya sigue destruir “los mecanismos de la propiedad privada, la religión y el Estado” siguiendo el modelo “de los soviets” y zúmbale, se logra el orgasmo histórico: “En lo que podría considerarse la apoteosis de la democracia, ésta… ¡desaparece! Sí, porque da paso a una etapa extraordinariamente superior que es la autogestión de las masas y la administración de las cosas” (sic).
Esta original tesis mereció obviamente mención honorífica en 1972. Pero está más vigente que nunca, pues en 2017 apareció ya como libro, publicado por la Escuela de Derecho “Ponciano Arriaga” del Morena, cuando la dirigía Netzaí Sandoval, hijo del autor y hermano de Pablo Amílcar Sandoval, candidato del Morena a gobernador en Guerrero, hermanos ambos de Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública del Morena.
Para la titular de la SFP, es el libro de un “visionario”. Su padre fue un “gran dirigente, luchador e intelectual”, un hombre “universal, valiente y brillante que revolucionó a la Nación” y que tuvo “una comprensión profunda de la transformación social”. Así dijo en las redes cuando el libro fue presentado en la FIL Guadalajara, ese cónclave reaccionario que existe para atacar a El Supremo.
Su esposo John Ackerman, que es el teórico oficial de “la verdadera democracia” mexicana, consejero de AMLO y su encargado para coordinar las relaciones entre el Morena y la CNTE (organización en la que milita su señora suegra), declara revolucionariamente que su suegro —de quien se considera discípulo— fue “uno de los grandes luchadores por la democracia en México” y que fue “un auténtico intelectual orgánico del pueblo”, por lo que “su legado está más vigente que nunca”. Un legado que incluye esa tesis pionera que vaticinó la “transformación radical de las viejas estructuras”.
Todo es cosa de echar a andar el artículo 39, y listo…