El director impuesto en el CIDE, José Romero Tellaeche, se deshace de quienes no le simpatizan por “pérdida de confianza” o por “rebeldía”. No deja de ser un avance, a fin de cuentas, pues el método de su jefa, Elena Álvarez-Buylla, es bastante más drástico, como lo demuestra nueva información sobre un episodio de su metodología para purgar adversarios.

Es el caso de Leopoldo Altamirano, que era el director del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), uno de los 27 Centros Públicos de Investigación (CPIs) que gobierna Alvarez-Buylla en lo que llama “el Conacyt de la 4T”, sujetando por orden superior la libertad de todos los académicos al proyecto político de su preferencia personal.

Altamirano y el INAOE se habían anotado un triunfo en abril de 2019, sumando el telescopio de Tonanzintla a algunos otros del mundo (el MIT de Boston, el Instituto Max Planck de Munich) para fotografiar un hoyo negro, logro astrofísico muy celebrado (véase en línea “Event Horizon Scope”).

Le mereció premios al INAOE y hasta Álvarez-Buylla lo aplaudió públicamente, pero cinco meses después, el 13 de septiembre, el @DrALtamiranoR puso un tuit lacónico que decía: ”Este día, a petición de @ElenaBuylla, directora del @Conacyt_MX, presenté mi renuncia como director general del @inaoe_mx”.

Álvarez-Buylla respondió: “El Dr. Leopoldo Altamirano, que acaba de renunciar al @inaoe_mx afirmando que pedí su renuncia, tiene fincadas 5 denuncias en la SFP [Secretaría de la Función Pública], que van desde acoso laboral hasta la asignación de recursos públicos a empresas y personas sin los controles requeridos.” Y luego: “No le pedí su renuncia. Hoy le informé de las denuncias en su contra en la SFP y le pedí que si tenían sustento se retirara del cargo. Su renuncia parece confirmar la veracidad de las denuncias.”

Más allá de la evidente intimidación legal con apoyo de la SFP, es fascinante que Álvarez-Buylla haya ignorado la presunción de inocencia y, en un tuit, se otorgase atributos judiciales para confirmar esas denuncias.

Bueno, hace unas semanas, en entrevista de Yanet Aguilar para EL UNIVERSAL, Altamirano narró que esas denuncias anónimas sirvieron para abrirle un expediente formal que sirvió para retirarlo, aunque la misma SFP lo haya cancelado luego porque “no se cuentan (sic) con elementos suficientes”. El documento se lee en el reportaje:

https://www.eluniversal.com.mx/cultura/alvarez-buylla-apoyo-todo-para-sacarme-del-inaoe

No hubo “elementos”, pero Álvarez-Buylla ya lo había echado de la dirección, ya había juzgado “la veracidad de las denuncias” y ya había humillado y ofendido a Altamirano. A la luz de la exoneración de la SFP, también lo había calumniado: lo único veraz fue el deseo de quitarle el cargo.

Ahora Altamirano sostiene que las denuncias fueron hechas por Edmundo Gutiérrez, que lo sustituyó en el puesto, y por su amigo cercano Alejandro Díaz Méndez, el mismo alto funcionario del Conacyt que expulsó de la dirección del CICY a Beatriz Xoconostle, también a “petición” de la directora (algo sobre lo que ya he escrito).

En fin, que si ahora te purgan por pérdida de confianza, antes te purgaban con la amenaza de pérdida de libertad. Es emocionante ser académico en México.

Y ahora, narra Altamirano, el INAOE está “paralizado”: la autoridad dice que no tiene recursos, no hay publicaciones y los investigadores tienen que pagar si quieren publicar. Su laboratorio está “prácticamente desmantelado” y se desperdiciaron 20 años de trabajo.

¿Quién le tomará una foto a ese hoyo negro? Misterio.

21 de diciembre de 2021.

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