Me referí la semana pasada al conflicto en la UNAM, y en especial a las reivindicaciones que hace el Movimiento de los Trabajadores Socialistas (MTS), organización que forma parte de la “Fracción Bolchevique Internacionalista”, que en México tiene como objetivo, primero, “¡Fortalecer y masificar la lucha por la democratización de la UNAM y en defensa de la educación pública y gratuita!” y, después instaurar en México la Cuarta Internacional Trostkista. Es interesante, me parece, curiosear por su sitio web (laizquierdadiario.mx) y enterarse de sus abundantes proyectos.
Ahora que al Supremo López Obrador le ha dado por criticar a la izquierda mexicana que aún cree en el marxismo-leninismo (como lo hizo en la divertida mañanera de ayer lunes, en la que se declaró de nuevo la consumación del pensamiento de Juárez, Madero y Cárdenas) y, por lo tanto, criticar a los varios creyentes en esa religión que tienen cargos importantes en su gabinete, me reencontré al profesor de la UNAM Massimo Modonesi, que es el principal ideólogo del MTS y, por tanto, de una de las fuerzas que tienen en crisis a la UNAM en estos días.
Digo reencontrar porque lleva años en el activismo universitario. En 2015, junto a John Ackerman y Elvira Concheiro, levantó un altar de muertos a la “Democracia UNAM frente a la rectoría. Más allá de ese amor a las tradiciones populares, los muertos y el marxismo, Modonesi es un autor prolífico, autor de El comunismo: otras miradas desde América Latina (2007), que coordinó con Concheiro, o del estudio “Perspectivas militantes de lucha de clases entre el marxismo revolucionario y el marxismo crítico” que prologa al libro Juventud en las calles (2014), de Sergio Moissen, otro profesor y activista que fue después acusado de abuso sexual en la UNAM y despedido en consecuencia.
Me limito a citar un par de comentarios de Modonesi a las políticas de López Obrador, interesantes en tanto que arrojan luz sobre el supuesto carácter “izquierdista” de El Supremo y del batidillo de tonteras que blande como su “ideología” y obligan a reflexionar sobre su supuesto izquierdismo.
En un escrito de 2018 “Sobre el alcance histórico de la elección de AMLO”, Modonesi desmontó con énfasis cualquier fantasía sobre ese izquierdismo. No hay mucho que esperar, dice, de alguien que sostiene “que encabezará la cuarta transformación de la historia nacional, autoproclamándose el heredero de Morelos, Juárez, Madero y Cárdenas. Lejos de todo izquierdismo, privilegia el rasgo moralizador y el perfil de estadistas y demócratas de estas figuras. No hay truco ni engaño, a la letra de su programa y de su discurso de campaña, esta transformación atañe fundamentalmente a la refundación del Estado en términos éticos”, pero no sociales ni económicos.
Modonesi critica la idea de AMLO de “hacer historia”, la idea de restaurar “la relación líder-pueblo” y la “personalización” del caudillo, lo que puede llevar a “un esquema plebiscitario bonapartista, ligado a la figura del líder máximo”. Y sobre todo critica la “substancial continuidad del modelo neoliberal, condimentada con dosis limitadas de regulación estatal y de redistribución hacia los sectores más vulnerables”, lo que le parece una política esencialmente burguesa y empresarial.
Así pues, de izquierda El Supremo no es.
La única esperanza que tiene Modonesi ante la 4T es que no se cierren las puertas a “la participación desde abajo”. Pues sí. Pero lo único deplorable es que se convierta a la UNAM como una réplica del Estado, en la cual, como siempre, es fácil echar a andar un simulacro de esa participación, que es en lo que están...
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