– ¡Bueno!
–¿Qué?, ¿quién…?, ¿cómo tiene mi celular privado?
–Yo tengo todo.
–¿Quién demonios habla?
–Habla el fiscal.
–¿El fiscal gene…?
–El fiscal, sí. ¿Cuál otro?
–Ah, perdón. Sí, dígame, ¿en qué le puedo servir epistemológicamente?
–Oye bien esto: llevo 10 años tratando de ingresar al Sistema Nacional de Investigadores de tu Conacyt y no me lo han permitido, a pesar de mis logros académicos que son de gran relevancia nacional e internacional.
–A ver, voy a mandar pedir su expediente para…
–Ordené que lo pusieran en el cajón de la izquierda, ahí junto a tus kleenex, debajo de los papeles con los presupuestos que vas a darles a tus amigos estratégicos de frontera de tu Conacyt de la 4T.
–Pero, ¿cómo conoce mi escritorio…?
–Yo lo conozco todo.
–Bueno, déjeme ver… Sí, aquí observo con justicia social que, en efecto, varias comisiones dictaminadoras juzgaron en tiempos del neoliberalismo que carece usted de méritos.
–Fueron unas comisiones dictaminadoras de cabrones y viejas pendejas.
–Oiga…
–Perdón por lo de cabrones. La cosa es que mi obra los deslumbró y, por envidia, se coaligaron para discriminarme.
–Para discriminarlo…
–Sí, fue un complot. Pero puse una queja ante el Conapred, que ya tiene órdenes de pronunciarse en mi favor cuando revisen mi expediente.
–Espero que le hagan justicia social, doctor.
–Soy doctor doctor doctor. No me discrimine.
–Perdón, doctor doctor doctor. Veo en el expediente que además una de las comisiones dictaminadoras…
–Llena de viejas pendejas. Les voy a abrir carpeta de investigación.
–…Veo que una de esas comisiones además detectó plagios en uno de los libros que…
–No fue un libro sino dos. Sus cabrones autores se coaligaron para discriminarme como autor original.
–¿Cómo? No entiendo…
–¡Los autores originales de mis libros complotaron contra mi originalidad! ¡Se pusieron de acuerdo para escribir, palabra por palabra, los libros que yo pensaba escribir años más tarde y así perjudicarme! Ya les abrí carpeta.
–Pero si fallecieron hace mucho…
–¡Justicia ex post facto; no ha prescrito! Los atrapé in flagrante delicto, escribieron mis libros antes que los escribiera yo, y lo hicieron con toda premeditación, alevosía y ventaja. ¡Me discriminaron a futuro!
–Caramba. ¿Y qué procede?
–Procede que tu Conacyt de la 4T me pide perdón y para reparar el daño nombra una comisión especial, sin cabrones ni viejas pendejas, que declare que mi obra es notable y me proclame investigador nacional del nivel más alto.
–Bueno, y a cambio…
–Y a cambio yo le abro carpeta de investigación a los académicos reaccionarios y conservadores que tú me digas, para avanzar en la justicia social transformadora.
–¿Con altos valores éticos y sensibilidad social?
–Sí, claro.
Lo que tú quieras…