El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, a quien el animador de TV John Ackerman llama el “faro visionario”, es el gurú ideológico y el líder espiritual de moda que conduce a México hacia la salida del “sistema neoliberal capitalista”.
Es un pensador con los ingredientes típicos del santón en las iglesias contestatarias, una suerte de Noam Chomsky iberoamericano y cristiano (tendencia Illich). Su teoría sobre “la ecología de los saberes” y “las epistemologías del Sur” (es decir, contra el eurocentrismo) inflama las almas que aman a los pobres. La ciencia, le parece, debe abrirse a “formas de conocimiento no científico” y aprender de ellas. “¿Qué sabe la ciencia de la espiritualidad de los pueblos indios de campesinos?”, se pregunta. “Los indígenas saben que el maíz es sagrado, que los ríos y los bosques son sagrados. Es una espiritualidad que no se entiende desde el punto de vista científico que no ve que la naturaleza es un ser viviente: la Tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la Madre Tierra”, contesta ya en poeta.
El problema es que las universidades enseñan lo contrario y pervierten a la ciencia y a los científicos poniéndolos al servicio del capitalismo. Los agrónomos son los peores: en vez de amar a la tierra la sojuzgan y destruyen a cambio de dinero. Es, en resumen esa “ciencia neoliberal” que Ackerman procuró combatir en la UNAM con su proyecto, que financia el Conacyt y del que don Boaventura es viajero frecuente.
Porque es fácil advertir que el proyecto de la doctora María Elena Álvarez-Buylla, titular de lo que suele llamar “el Conacyt de la 4T” (es decir, de ella), viene también de Boaventura, de quien es discípula ferviente. De ahí el castigo a los fideicomisos, a la ciencia “maquiladora” y mercantil; a la tecnociencia que desprecia “la ciencia tradicional con conocimiento vernáculo y colectivo de las comunidades”; a la ciencia “neoliberal capitalista” que no escucha a “los científicos comunitarios que tienen otras visiones del mundo que no son las científicas”.
Todo lo anterior está en “Democracia, ciencia y movimientos sociales”, webinario organizado por la UNAM de Ackerman y pagado por el Conacyt de la 4T, visible en YouTube. Fue ahí que Álvarez-Buylla dijo que gracias al “éxito del régimen de AMLO y la capacidad de respuesta de los pueblos y los conocimientos populares” los decesos por Covid en México son inferiores a los de EU…
Hubo un tiempo en que los discípulos se enojaron con don Boaventura: cuando en 2011, para celebrar al Conacyt, el gobierno de Felipe Calderón le otorgó el Premio México de Ciencia y Tecnología. El sociólogo aceptó de mil amores su medalla de plata mexicana y sus 50 mil dólares hegemónicos. Y sus acólitos en México deploraron que no aprovechase la ocasión para “criticar al gobierno de Calderón”…
Al que sí critica don Boaventura es al de AMLO. Dice que los principales proyectos del Científico Supremo, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, son “proyectos neocoloniales” que afrentan la ecología y “producen muerte pues fomentan la desigualdad” y que extraer petróleo “hace la vida invivible”. Y dice que AMLO comete el típico error de “los gobiernos progresistas”: un “colonialismo contemporáneo”. Chin. Y peor aún: que su política de austeridad es una concesión al FMI y que a quienes más castiga es a los pobres que tanto quiere. Chin bis.
Supongo que los discípulos están incómodos, pero más con su gurú que con su infalible líder…
@GmoSheridan