He seguido leyendo y escuchando al teólogo Enrique Dussel, ideólogo intensamente comprometido con la llamada “Cuarta Transformación” y su Primer Magistrado, a quien aconseja y asesora. Puede ser su intelectual menos ostentoso, pero quizás sea el más influyente.

Dussel imparte clases desde hace años en la escuela “Carlos Ometochzin”, que se llama así en honor del noble tezcocano anticolonizador que fue ejecutado por la Inquisición. Es el modelo de la escuela de cuadros del Morena que habrá de institucionalizarse cuando su Instituto Nacional de Formación Política (como prometió el Primer Magistrado) reciba la mitad del financiamiento público que le corresponde a ese partido. El objetivo de ese Instituto, sostiene Dussel, es crear “5 mil grupos de trabajo” en todo el país (y también en Estados Unidos, cuyas comunidades morenistas serán coordinadas por John Ackerman).

Hace años leí un libro curioso del Dr. Dussel en el que sostiene que la raíz profunda de la cultura latinoamericana proviene de El humanismo semita. Estructuras intencionales radicales del pueblo de Israel, como se titula ese libro publicado por EUDEBA en 1969. Es interesante. Más interesante ahora es el enjundioso activismo político y magisterial que practica en su patria adoptiva.

Sus ideas sobre “el buen vivir” basado en la armonía con uno mismo, con los otros y con la naturaleza, por ejemplo, pesan mucho en la teoría de la felicidad, el amor y el bienestar que practica el Primer Magistrado, así como el encomio de la sencillez y el odio a la ambición. Tienen eco también en el discurso presidencial su desprecio a los políticos “burocratizados y corruptos” —incluyendo a los de Morena— que, a su parecer, se corrompen desde que cobran dietas del erario. Lo mismo su crítica al eurocentrismo y su consecuente exigencia de arrepentimiento a los colonizadores.

Y, sobre todo, la urgencia con que llama a fortalecer, para perpetuarlo, al actual proyecto de “transformación” con un partido-movimiento político de muy amplia base social, pues, sostiene con sensatez, “un presidente sin partido es como un general sin ejército”.

Cito de su lección “Una teoría política para América Latina”, impartida por YouTube el 16 de agosto. En ella, por cierto, Dussel declaró también que en México “el sistema judicial está podrido, como lo estaban los otros”; alegó que antes de AMLO “estábamos hundidos en la mierda con todo el sistema” y sostuvo que a “los jueces, que son los más injustos, no los ha tocado el primero de julio”. Y bueno, a saber si fue cosa del azar, pero dos días más tarde, el sacerdote Solalinde presidió una copiosa manifestación contra el Poder Judicial y contra la Suprema Corte de Justicia, primer acto de un movimiento “para exigir una depuración”.

La alternativa para Dussel, en éste como en muchos otros casos, consiste en virar hacia el pensamiento boliviano de Evo Morales y, sobre todo, hacia el bolivariano de Chávez-Maduro: en la misma lección explica que “en Venezuela se eligen los jueces por el pueblo y la sociedad civil, pero aquí son autónomos, y son priístas y siguen cometiendo sus fechorías como antes. Esos son los grandes culpables, hoy.”

Pero nada se logrará si el Morena no aporta los fondos para financiar al Instituto Nacional de Formación Política. “Morena ya ha perdido un año en organizar estas cosas”, lamenta el teólogo. Es imperativo educar al pueblo políticamente, crear “miles de grupos de reflexión” para educar al pueblo tanto en la teoría como en la praxis (su modelo —explica— es el Lenin que dejó de escribir su libro La revolución y el Estado para irse a conducir la Revolución de Octubre).

Otra forma de educar a la gente, dice en la misma lección, claro está, es promoviendo la lectura, por lo que anunció que “tenemos un proyecto para publicar cien obras clásicas de la política mundial, latinoamericana y mexicana. Chiquita. A 10 pesos”, proyecto que ya “se lo he presentado al nuevo director del Fondo de Cultura Económica, y tenemos que hacerlo.”

Supongo que nada habrá de oponerse.

Es ejemplar Dussel. A diferencia de los grillos, políticos corruptos y estrellas de televisión del Morena, dicta sus lecciones, modestamente, ante una veintena de militantes. Luego, en línea, ya miles aprenden que “la etapa progresista no ha terminado. Los gobiernos neoliberales van a seguir cayendo en América Latina y el primero que dio el nuevo paso ha sido México. Estamos en la avanzada de un proceso en el que tenemos una enorme responsabilidad. Hay mucha gente que está mirando a México, es un ejemplo latinoamericano y mundial.”

@GmoSheridan

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