Una de las ventajas que ofrece la legalización del mercado del cannabis es la recaudación de impuestos relacionados con las actividades alrededor de estos cultivos, desde la producción hasta la venta. En el continente americano hay tres ejemplos de países que han legalizado el cannabis, Estados Unidos, Canadá y Uruguay, en todos el sistema recaudatorio es distinto.
En Canadá, se calcula que el 15.8% de los ciudadanos son usuarios de cannabis y los impuestos a la planta representan un dólar extra por cada gramo vendido al consumidor final. El gobierno federal se queda con 25% de lo recaudado, el resto, es para los gobiernos estatales. Tan solo en los primeros seis meses de recaudación, el gobierno canadiense obtuvo 139 millones de dólares de los usuarios de cannabis.
En Uruguay, el auto cultivo está permitido, pero la producción y distribución de cannabis a gran escala está controlada por el estado y para tener acceso a la planta los ciudadanos deben registrarse como usuarios; desde que se legalizó en 2013, se han registrado más de 45 mil personas para adquirir hasta 40 gramos mensuales, esto representa apenas un tercio de los usuarios declarados en cifras oficiales, el resto aún recurre al mercado ilegal.
Se calcula que hasta 2018 esta regulación había generado 887 mil dólares, todo se empleó en la manutención del Instituto de Regulación y Control del Cannabis.
Tal vez el caso más interesante a nivel fiscal es el de Estados Unidos, pues únicamente el cáñamo es legal a nivel federal, mientras el uso adulto de la marihuana solo es legal en 11 de los 50 estados y su uso medicinal en 33 territorios. No todos tienen las mismas reglas fiscales, incluso el cannabis medicinal tiene sus propias reglas de recaudación, pero todos ven beneficios.
Por ejemplo, en Arizona hay un impuesto de 6.6% a medicinas derivadas del cannabis, más un 2 o 3%, que es opcional cobrar para las ciudades. La tasa más alta de impuestos por consumo de cannabis es la del estado de Washington, que llega al 37%, de acuerdo con información de la Tax Foundation.
Además, luego de la reforma aprobada en 2018 a la ley estadounidense, para sembrar cáñamo, la variedad no psicoactiva del cannabis que tiene aplicaciones industriales, un granjero solo tiene que dar aviso a las autoridades en el estado de la Unión Americana en el que se encuentre. Además, con este cambio de ley, el cáñamo es sujeto de todos los beneficios crediticios y fiscales de otros cultivos alimenticios.
En cuestión de aprobación de uso adulto, los casos más recientes son Illinois, donde la venta de productos de uso adulto comenzó en enero de 2020 y Michigan, donde empezó en 2019.
El gobierno de Illinois es el primero en ese país en imponer cuotas a los productos dependiendo su contenido de THC, así, los consumidores de productos con hasta 35% de THC pagarán un impuesto de 10% del valor, los comestibles tendrán una cuota del 20% y los productos con más de 35% en su contenido de THC pagarán 25% más. Las autoridades esperan, para diciembre, haber recaudado 28 millones de dólares en impuestos a productos de cannabis psicoactiva.
Mientras tanto, en Michigan, todos los productos de cannabis tendrán un impuesto del 10%, sin importar su concentración de THC. El gobierno estatal estima que durante los primeros cuatro años se recaudarán ,más de 737.9 millones en impuestos provenientes de las ventas legales de cannabis.
En México, cada vez hay más usuarios de cannabis. Se estima que 8.6% de la población mayor a 18 años, equivalente a más de 8 millones de personas.
Presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Cannabis gnieto@anicann.org