En el primer trimestre del año el producto interno bruto (PIB) decreció en 2.2% con relación al primer trimestre de 2019. La mayor caída fue en actividades secundarias, con 3.5%. En comparación con el trimestre anterior la reducción fue de 1.2%, según informó Inegi. El PIB de actividades secundarias registró el quinto trimestre consecutivo con bajas, con relación a igual periodo del año anterior. Ello revela mayormente la contracción que se tiene desde hace más de un año. En el primer trimestre del año la actividad económica ya estuvo afectada por la epidemia de Covid-19 y ello puede explicar en parte la contracción de la economía. En el segundo trimestre del año el impacto de la epidemia se presentará con mayor fuerza, sin poder establecer hasta el momento cuando dejará de ser un elemento que afecte negativamente el desempeño de la economía.
Las estimaciones realizadas por organismos financieros multilaterales, bancos con implantación global y el banco central prevén una importante contracción de la economía. En abril el FMI estimó para 2020 un decrecimiento del PIB en México de 6.6%, mientras la Cepal prevé una reducción de 6.5%. Algunos bancos consideran reducciones mayores, del orden de 9%. En todo caso, el conjunto de estimaciones advierte que el curso de la epidemia y las formas en que se restablezcan condiciones de operación de la economía determinarán en parte el desempeño del PIB en los meses siguientes. En el informe del primer trimestre del Banco de México (Banxico) se asume esta posición y se presentan diversos escenarios, que van desde una contracción de la economía con recuperación inmediata hasta una en la que se prolonga la caída en el PIB, con un impacto negativo de más plazo en la economía. Según el banco central, en el escenario menos grave la reducción del PIB en 2020 sería de 4.6%, alcanzándose una expansión en 2021 del orden de 4%.
Para la economía del país la mayor dificultad se encuentra en la extensión de la debilidad de la actividad económica en el resto del año en curso, lográndose la recuperación hasta 2021. Ello implicaría una baja en el PIB de 8.3% en 2020. Es posible que, en algunas semanas, con los datos del segundo trimestre y considerando un avance importante en el control de la epidemia, los escenarios estén mejor definidos. Sin embargo, a la fecha hay indicadores que revelan que una parte importante del curso futuro de la economía tiene que ver con problemas que estaban presentes antes de la aparición del Covid-19. Un elemento es la determinación del comportamiento de la economía de Estados Unidos en el desempeño en México.
Las estimaciones sobre la caída del PIB en Estados Unidos son también significativas. En abril el FMI consideró que en 2020 la economía de ese país tendrá una caída de 5.9%. Desde hace años las contracciones en la economía estadounidense se presentan en México con una dimensión mayor. Un elemento que explica esa relación es la composición del comercio exterior del país. Del total de las exportaciones, la mayor parte tiene por destino Estados Unidos. Al final de abril, según datos de Banxico, del total de las exportaciones 96% son no petroleras y estas se dirigen mayoritariamente a Estados Unidos. En los primeros cuatro meses del año, como sucede desde hace algunos lustros, un poco más de 81% del total de las exportaciones no petroleras tiene por destino el país situado al norte del Río Bravo. La industria automotriz explica en ese periodo la cuarta parte de esas exportaciones, una cifra menor a la de años previos. En los meses siguientes la recuperación de las exportaciones manufactureras estará altamente vinculada con el desempeño en Estados Unidos de empresas con matriz en ese país o que desde otros países utilizan a México como parte de su estrategia para cubrir ese mercado.
La industria automotriz es un ejemplo importante de los acotados márgenes que hay en México para incidir en su desempeño y en tanto tal influir en el crecimiento de una de las actividades principales en el comportamiento de la economía. Antes de la pandemia, la industria automotriz estaba atravesando una notable transformación; por un lado, la aparición de nuevos competidores y mercados relevantes (China) y; por otro lado, el avance de los motores eléctricos y la informática en los automóviles. Las circunstancias actuales están acelerando los cambios y las firmas están tomando decisiones de localización de inversiones relevantes en la que México no pinta. Dirigir los productos a otros mercados no cuenta con interlocutores, dado que las grandes empresas están en el territorio buscando el mercado estadounidense. También es historia previa el comportamiento de la inversión. Registra una reducción, según la información del banco central, desde 2018, particularmente notable en el caso de la maquinaria y equipo importado.
Lograr una recuperación del crecimiento de la economía implica generar iniciativas que permitan profundizar los encadenamientos productivos desde el país y con base en ello plantearse relaciones distintas con otras economías. Aun cuando no hubiere existido Covid-19, es parte de un cambio necesario para crecer y distribuir la riqueza.
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