En días pasados la Secretaría de Economía informó sobre las cifras preliminares acerca de la inversión extranjera directa (IED). El primer dato que se destaca es un incremento de 1.5% en el primer semestre del año con relación al mismo periodo del año anterior en la inversión captada. La cifra reportado por la Secretaría de Economía (SE) es de 18 mil 102 millones de dólares que no es equivalente a los flujos de ingreso de IED al país. Es el resultado de restar a los recursos que ingresaron los que empresas con matriz en México destinaron al extranjero, que en el semestre suman 5 mil 961 millones de dólares.

Las economías integrantes de la OCDE funcionan regularmente con empresas que realizan inversiones en el exterior a la vez que reciben recursos de empresas del extranjero en su país. El ser una economía con gran cantidad de recursos colocados en el exterior no elimina que a la vez se reciba IED. La participación de la economía de México como receptora de IED es menor a nivel mundial, 2.1% en 2017, muy por debajo de la que recibe Brasil, por señalar otro país de América Latina. Más notable es el peso relativamente menor de las inversiones en el extranjero realizadas por empresas con matriz en México, lo que marca una notable diferencia con las economías que destacan como receptoras de IED. Estados Unidos es sistemáticamente el país que mayor cantidad de IED recibe. Pero también destacan en diversos años Reino Unido, Suiza, Francia, Canadá, Países Bajos. También China, Hong Kong y Singapur y, en América Latina, Brasil. En todos los casos son importantes las inversiones que sus empresas realizan en el extranjero. El avance de las inversiones en el exterior en el caso de China es un ejemplo notable de cómo se construye una relación con peso en la economía mundial desde una economía que no pertenecía al grupo de las mayores y más significativas a nivel mundial. Ello no sucede en el caso de México y no se observan las condiciones en lo inmediato para avanzar en esa dirección.

Otro de los datos relevantes de la información comunicada por la SE es la composición de la IED. Del total de IED captada o que ingresa al país tan sólo 23.9% fue resultado de nuevas inversiones. Ello no constituye un hecho excepcional. Desde hace años, con el incremento del ingreso de IED se presentó el hecho de que la menor parte corresponde a nuevas inversiones. Por señalar dos ejemplos que informan sobre este comportamiento, en el primer trimestre de 2019, 22.4% correspondió a nuevas inversiones y un año antes, en el primer trimestre de 2018, la cifra fue de 14.4%. La mayor parte del resto es reinversión de utilidades. En el primer trimestre de 2018 es 76.8% y en el primer semestre de 2019, es 75.6%. La SE señala que la reinversión de utilidades es la parte de las utilidades que no se distribuye como dividendos y que se considera IED por representar un aumento de los recursos de capital propiedad del inversionista extranjero. Lo que debe destacarse para entender el papel de la IED en el comportamiento de la economía y su impacto en la formación de capital es que se trata de recursos generados en el país. Para examinar más a fondo el papel macroeconómico de la IED sería útil realizar el ejercicio de restar a las nuevas inversiones los recursos que salen del país por concepto de pago de dividendos. Quizá en algunos años se tendrían flujos negativos.

El otro rubro que se integra a la contabilidad de IED es el de cuentas entre compañías. Se trata también de recursos que en algún punto del circuito financiero se están originando en el país. Las cuentas entre compañías son las deudas de empresas que operan en México con IED en su capital o de empresas relacionadas residentes en el exterior y que son parte de un mismo grupo corporativo. Estas deudas se liquidan, en algún momento del proceso con recursos generados en el país. Así, la contribución de la IED con recursos nuevos procedentes del exterior a la formación de capital es muy menor en comparación a los ingresos de IED contabilizados en el país y que dan derecho, como corresponde, a nuevas utilidades.

Además, en la evaluación macroeconómica del comportamiento de la inversión es importante destacar que la mayor parte de los recursos son aportados por empresas privadas, instituciones y otro tipo de sociedades y empresas y organismos públicos con base o con matriz en México. En 2018, con información de la SE, del total de la formación bruta de capital fijo, la IED en su conjunto contribuyó con 11.7%. En años previos desde que se eliminaron las restricciones al ingreso de IED las cifras no son muy diferentes. La excepción fue 2001 cuando representó 19.4%, cifra que no se explica sin considerar algunas adquisiciones de grandes compañías de México por capital extranjero. En colaboraciones anteriores he destacado que es imprescindible aumentar la inversión en el país para lograr un crecimiento sostenido e importante. Los datos sobre el comportamiento de la IED ponen de manifiesto que ello será posible a partir del concurso de empresas, sociedades, instituciones financieras y sector público del país.

Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa
Twitter: @GregorioVidalB

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