La economía en México tiene varios años con un débil crecimiento económico medido en términos del comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB). Desde 2012 la tendencia es un menor incremento en cada año, con aumentos de 2.9%, 2.1% y 2% en 2016, 2017 y 2018. Los resultados de 2019 profundizan está tendencia, con un ligero decrecimiento de 0.3% del PIB, destacando la contracción en las actividades secundarias, que fue de 1.5%.

Si se considera la distribución del PIB entre los habitantes existe prácticamente estancamiento, con varios años desde 2013 con aumentos inferiores a 1.5% y aún menores a 1%. Modificar la situación es urgente y necesario para que la economía tenga un comportamiento consistente con lo aprobado en el Plan Nacional de Desarrollo.

Desde hace varios lustros el crecimiento de la economía, que en el largo plazo de 1982 a 2018 es de alrededor de 2.5%, no permitió una disminución sustancial de la informalidad laboral. En el mundo de los ocupados el peso de los que ganan más de cinco o de 10 salarios mínimos no aumentó, sin observarse disminuciones importantes en los indicadores de concentración del ingreso, como el índice de Gini.

Modificar ese cuadro es parte del desarrollo. También son notables las desigualdades y carencias para muchos en materia de educación, salud, vivienda. La movilidad en las ciudades y el desplazamiento en todo el territorio del país de personas y productos es también un asunto a mejorar. Este conjunto de carencias para muchos, al lado de una gran concentración del ingreso y de la riqueza revelan que el comportamiento de la economía y el propio desempeño de las instituciones gubernamentales no ha sido compatible con el desarrollo.

El cambio a realizar es de gran envergadura y necesita de inversiones en educación, salud, transporte urbano, transporte regional y en el conjunto del territorio por destacar algunos aspectos que son parte de un impulso social y obligan a una gestión estatal pertinente. Realizar todo ello es una tarea de mediano y largo plazo, que sin embargo debe comenzar desde el momento actual. Implica movilizar recursos y voluntades en un proceso de crecimiento de la economía que involucra la creación de un nuevo patrón o modelo que es compatible con el desarrollo.

Entre los aspectos destacados del crecimiento de la economía están la recuperación de la industria petrolera para en breve plazo ser autosuficientes en productos refinados, profundizando la industrialización de los hidrocarburos para fortalecer el mercado interno y buscar una relación diferente con la economía internacional en la materia.

También considera aumento en la generación de electricidad, contemplando las fuentes renovables y su uso más extendido, compatible con una propuesta de crecimiento sostenible, nuevamente como un medio para fortalecer el mercado interno. Igualmente considera la ampliación de la producción en el campo, con la diversidad necesaria y las formas que la hagan compatible con el respeto a la tierra, con el objetivo de generar en el territorio los elementos fundamentales de nuestra alimentación. Es un crecimiento de la economía que nos dota de nuevas capacidades para rearticular la relación con el exterior.

El crecimiento ejecutado de esta manera implica considerar el incremento acumulado en el trabajo formal con seguridad social, a la vez que aumentos sistemáticos en los ingresos de la mayor parte de los ocupados. El proceso tiene un componente social de particular significación: Las mejoras sociales en educación, salud, vivienda, en el hábitat urbano y en el de los pequeños poblados.

Por tanto, un crecimiento económico con estas características implica la creación, fortalecimiento o readecuación de un número importante de instituciones sociales que resulten la expresión de un nuevo tejido de relaciones sociales en el país que será la mayor fortaleza hacia adelante para la continuidad en el proceso
de desarrollo.

En ese sentido, es un proceso social, una tarea a ser ejecutada por un amplio grupo social que reconocen en su cooperación una fortaleza sustantiva, dotando a la economía de los fines sociales que la hacen plenamente humana. Desde esa perspectiva necesitamos crecimiento económico para avanzar en la construcción del desarrollo de la sociedad y de la nación.

Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa.
Twitter: @GregorioVidalB

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