En mi artículo pasado mencioné algunos aspectos sobre el Bitcoin o criptomonedas no reguladas por un banco central, y porque consideraba difícil que fueran tomadas como una moneda transaccional. Ahora les trataré de dar una visión de lo que significa el dinero y su utilidad transaccional.
Primero, algunas nociones macroeconómicas: la oferta de dinero o masa monetaria es la cantidad de dinero disponible en una economía para comprar bienes, servicios y títulos de ahorro, en un momento dado de tiempo. La oferta monetaria es determinada de manera conjunta por el sistema bancario privado y el banco central del país. La coordinación de la masa monetaria con la oferta de bienes, servicios y títulos de ahorro conlleva la estabilidad de precios.
Consideremos el siguiente ejemplo —pecando de sobre simplificar un fenómeno mucho más complejo— que en un momento dado de tiempo existen 10 personas con $1,000 pesos entre todos y repartidos por igual, como masa monetaria, y por otra parte existe la producción de 10 “burritos”, podemos considerar que, si las 10 personas tienen hambre y quieren un burrito, estos se venderán a razón de $100 cada uno. Si los productores de burritos deciden producir uno más, pero la masa monetaria no aumenta en la misma proporción, entonces los burritos se venderán ahora en $90.90 pesos. Si, por el contrario, se produjeran solo 9 burritos, entonces ahora estos costarían $111.11 pesos.
Con este ejemplo quiero transmitir la idea de que la masa monetaria y el mercado, deben ir acompasados para no generar presiones inflacionarias ni deflacionarias. Bueno, tal vez un poco de inflación sí sea necesario para incentivar el crecimiento económico, pero nada más.
Este “acompasamiento” es la labor principal de los bancos centrales de cada país. Y es una labor de refinado análisis y evaluación constante, pues cualquier desatino en la masa monetaria puede causar problemas de asignación de precio en los mercados.
Y este es el punto central por el cuál un algoritmo determinístico como el del Bitcoin, con una masa monetaria predeterminada, no puede adaptarse de manera eficiente a los movimientos de dichos mercados en el tiempo. No por nada hemos visto como los precios del Bitcoin fluctúan mucho.
Sigo pensando que el aporte potencial a la eficiencia de los mercados de las criptomonedas existe, y puede ser el camino, pero definitivamente requiere el acompasamiento con los mercados, y no estoy seguro cómo un algoritmo pudiera realizarlo sin la intervención de humanos evaluando las condiciones de estos.
Tomo por ejemplo lo más reciente ocurrido en los EUA. Tremendas cantidades de dinero (masa monetaria) han sido inyectadas a la economía de ese país y deberían ser el preludio a una hiperinflación, sin embargo, lo que está generando es una recuperación impresionante de una economía, severamente golpeada por la pandemia. Aunque, todavía habrá que ver, si a los genios del gobierno de Biden no se les pasó de rosca y terminan generando un proceso de inflación. Sin embargo, la ortodoxia económica dicta que, una medida de esta naturaleza, que a todas luces es inflacionaria, puede ser aplicada en un momento de depresión económica con resultando saludable para la economía.
Como podrán ver mis queridos lectores, y como dijo Chester Cheetos, “it’s not easy being cheesy…” Pero tengo esperanza de que, aplicando algoritmos inteligentes como los de evaluación de tendencias en Facebook, Twitter y otras plataformas de redes sociales, se pueda ir sustituyendo la arbitraria intervención de los bancos centrales en la economía mundial, y tener un sistema de pagos internacionales estable, y que sirva como referencia para todos los países del mundo.
Consultor en Comercio Internacional e Inversión Extranjera, con más de 40 años de trayectoria en los sectores privado y público.
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