En el mundo del deporte, la comunicación es la clave que desbloquea el potencial humano. Desde los campos de futbol hasta los fairways de un campo de golf, los atletas dependen de unpara coordinar movimientos y estrategias.

Hace varios siglos, las competencias deportivas se regían por reglas ambiguas y señales rudimentarias. Sin embargo, a medida que las civilizaciones crecieron, los idiomas se enriquecieron y las reglas se estandarizaron. Esto permitió que deportistas de diferentes orígenes y culturas se unieran en una pasión común.

La diversidad geográfica en el golf va desde los links de Escocia, pasando por los campos rodeados de selva en Tailandia, hasta los desérticos en Arizona. También está presente en golfistas de diferentes nacionalidades y orígenes.

Una de las relaciones más importantes en el golf es la que se establece entre el golfista y su caddie. Este vínculo especial, basado en la confianza y el entendimiento mutuo, es esencial para el éxito en el campo, ¿pero qué sucede cuando el idioma del golfista y el del caddie no coinciden?

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Jon Rahm durante el BMW PGA Championship - Foto: AFP
Jon Rahm durante el BMW PGA Championship - Foto: AFP

Los golfistas profesionales, a menudo, trabajan con caddies de diferentes nacionalidades. Un ejemplo claro es el del español Jon Rahm, con Adam Hayes. Jon llegó a Estados Unidos becado por la Universidad de Arizona, sin saber una sola palabra en inglés, pero su determinación y disciplina —así como la necesidad de darse a entender en un lugar en donde él era considerado el extraño— lo llevó a ser uno de los golfistas no estadounidenses que mejor hablan inglés.

Otro caso muy interesante es el del ganador del torneo Masters de Augusta 2021, Hideki Matsuyama, y su intérprete de facto y representante Bob Turner. Esta dupla ha tenido relevancia, debido a que el golfista japonés no habla inglés. En alguna entrevista, Turner comentó que él no sólo comunica el mensaje de Hideki, sino también los sentimientos del golfista.

Además de las diferencias lingüísticas, el golf presenta otro desafío único relacionado con percepción y nomenclatura: la medición de distancia entre tiros. Mientras que la mayoría del mundo utiliza el sistema métrico para medir, en el golf se emplea el imperial, lo que significa que los golfistas deben calcular distancias en yardas y pies.

Al final, la diversidad de idiomas en el golf no hace más que enriquecer la experiencia de este deporte global. Un desafío más que los golfistas deben enfrentar con determinación y que refleja la capacidad de este deporte para unir a personas.

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